Con porte majestuoso hiciste ayer tu entrada,
no hubo alfombras rojas,
pero de zafiro el suelo,
a tu paso tapizabas.
De mirada intensa, acaso esperanzada,
la posaste en mí tan solo un instante,
y todo se volvió luz.
El mundo eran tus ojos,
tu perfil el universo,
tu boca el paraíso,
y tu voz melodía armónica.
-Dulce escala musical en clave de amor-
Tu olor me transporta a un páramo salvaje,
donde el mar rompe desatado,
y su pasión no tiene contención.
-Así es mi sentimiento por ti,
arrollador-