sábado, 17 de abril de 2010

El soplao

Estoy mentalmente vaga, vaga, vaga...
Así que para no cansar mis neuronas voy a poner unas cuantas fotos de El Soplao, no penseis mal viciosillos. El Soplao es una cueva en Cantabria que guarda en su interior un paraiso natural de aragonitos, estalactitas, elípticas ó excéntricas que provocan todo tipo de juego de luces y sombras, sensaciones, colores y olores.
Para el que quiera ir, mapita al canto, que ya os he dicho que estoy zangana y no me apetece escribir:



Para facilitar el acceso se ha construido un tren minero, que después de recorrer unos 400 metros, deja al visitante en la entrada de la misma cueva para el inicio del recorrido, pero os advierto que lleva como un año estropeado, así que no os hagais muchas ilusiones.



En el interior de la cavidad no se permiten hacer grabaciones, ni fotos, así que nos tenemos que conformar con las de las postales:



Estas son estalactitas, las estalagmitas son las del suelo, lo digo para los despistaos.



Estas son creo las estalagmitas que se llaman de los Reyes magos, es que estoy muy mal y ya no me acuerdo, voy a tener que seguir la receta del tío del relato de Brujilla.




Una excentrica.

Al que no le gusten las cuevas, debería acercarse de todas formas porque las vistas son espectaculares, no te cansas nunca de mirar al horizonte, un mar de verdes se extiende hasta donde alcanza la vista :




Puedes pasear y hacer un poco el ganso haciéndote fotos con la escultura homenaje a los mineros que trabajaban en la cueva :



o con antiguos vagones y maquinas utilizadas en minería:




El edificio principal tiene también una mini exposición bastante interesante dedicada al ámbar:



Creo que para estar perezosa ya he trabajado mucho, si os interesa saber más sobre esta maravilla de la naturaleza la página es www.elsoplao.es.

Para mañana prometo un viaje en globo de lo más excitante...

Colocón


No hay peor cosa que padecer un dolor, pero que te tomes un calmante y no te haga efecto, es frustrante. Ahora ya es frustración y dolor. Pues así es como me siento.
Hace unos días, sufrí un enorme dolor, tomé un gelocatil, el dolor persistía, cogí un nolotil y para dentro, pero nada. Después de varios intentos, cojo dos espidifenes abro los dos sobres y vacío su contenido encima de la mesa. Pensaba chuparlo como si fuera un perro, entonces me puse a picar el polvo con la tarjeta de la seguridad social, la coloco como si fuera cocaína y tirito al canto. Todo de una vez.
Como picaba la nariz. Empecé a estornudar como si tuviese alergia. El dolor ya no está. Me entra un ataque de risa, no puedo moverme, intento ponerme de pie. Al suelo. Qué ostión. Me arrastro por el frío suelo. Me parezco a un marine americano, oigo una voz del sargento mayor:
- “Devil dog. Esa polla pegada a tierra”
Me descojono yo solo. Encuentro un bote de betún negro, me embadurno la cara y las manos. Consigo ponerme de pie, justo delante del espejo.
- ¡Hostia que susto!.
La risa va en aumento. Como a todo marine me hace falta el arma. Una barra de pan, perfecto un M-16. Disparo en todas las direcciones, unos cuantos menos.
Por mi espalda se acerca un enemigo, cojo un cuchillo platanero y se lo clavo.
Cae desplomado. Soy invencible.
Cojo una granada-manzana de mano, la lanzo en el bunker ¡PUM!
Todo por los aires.
La lucha ha sido tan intensa que me tumbo a descansar.
A las tres horas me despierto. Llaman al timbre, es mi hermana.
Nada más entrar, comprueba el destrozo reinante en la sala.
El dolor vuelve a recorrer mi cuerpo. La recién llegada intenta recoger.
- ¡Lárgate! Estoy malo y me voy a dormir – le grito
La pesada intenta ejercer de enfermera y madre.
Cojo un plátano y amenazo con rajarla. Por fin se marcha. Voy a por otros dos sobres, pero ya no quedan. Cojo dos pastillas de ibuprofeno y las pico hasta convertirlas en polvo. Tirito que me arreo.
Comienzan a aparecer más enemigos. Rambo al lado mío un pintamonas. No pienso dejar ni uno, a pesar de que mis compañeros me han abandonado.
- Estoy Oscar Mike. Alpha Charlie Bravo solicitando apoyo aéreo de los Cobra.

viernes, 16 de abril de 2010

La mecedora


Me veo reflejada en el espejo, ese camisón me queda realmente sexy. Hago toda una serie de posturitas y morritos que me hacen sonreír.
Salgo al salón, donde está Dani cambiando de canal compulsivamente, me acerco ronroneando.
Ni puto caso, sigue zappeando. Le acaricio la nuca, se deja, pero cuando voy a besarle se retira. Me dice que está cansado, que le deje ver la tele.
Será gilipollas el tío, que se meta el mando por el culo así con las contracciones se cambia solo y también puede descansar el dedo.
Puedo quedarme con él si quiero, me dice, sólo faltaba que tuviese que recibir su permiso para ver mi propia tele. Me ofrece el mando como si fuese la pipa de la paz, le doy sin querer al botón del dvd y aparece en pantalla una peli porno.
- ¿es qué no tienes hartura? – me arrebata el mando y pone la teletienda
Voy a la habitación hecha una furia, yo no me quedo con este calentón. Busco por los cajones las bolas thai, no las encuentro. Hago memoria, creo que las dejé en la terraza.
En un cajón las encuentro brillantes, esperando reencontrarse con mi cuerpo. ¿Dónde habré metido el lubricante? Vacío todos los cajones. Entre unas cosas y otras estoy a mil.
No espero ni a entrar de nuevo en la habitación, comienzo a masturbarme contra la puerta de cristal, extiendo bien el gel, deteniéndome en los puntos clave, las bolas entran con gran facilidad. Estoy un poco incomoda, mejor me tumbo en la cama.
Trato de abrir la puerta corredera, está cerrada, la he debido empujar con el traqueteo de la mano.
Llamo a Dani, no me oye. Grito más alto. Le oigo decir que me relaje un poquito, no me da tiempo a contestar, escucho la puerta de la calle y un portazo.
Empiezo a aporrear el cristal.
- ¿Necesitas algo?
A través de la pared, me llega la voz del porrero hippie de la izquierda. No tengo muchas opciones, le digo que me he quedado encerrada en la terraza. Me invita a pasar a su casa para llamar por teléfono al cerrajero o a quién necesite.
Me coloco el camisón, cubriendo con él todo lo que puedo, que no es mucho. Abro la ventana, enseguida veo aparecer los pelos revueltos de mi vecino, extiende su mano para ayudarme a cruzar. Apoyo un pie sobre unas cajas de zapatos y con el otro trato de llegar al borde de la ventana. Las cajas se hunden con mi peso, mi vecino tira de mí, la cuerda de las bolas ha quedado enganchada en algún sitio, con el siguiente tirón salen de mi cuerpo dejándome empapada y jadeando sobre él.
Sólo lleva puestos unos boxers ajustados, que esconden una erección de campeonato. No soy yo la única caliente del edificio a esas horas.
Las tahi han quedado colgando a su vista, las recoge sobando con sus manos cada bola, los boxer apenas pueden contener la presión.
Entro al salón, sin dejar de mirar el bulto. Otra cosa capta mi atención. Estoy rodeada por todo tipo de artilugios y juguetes eróticos, hay vibradores de todos los tamaños y colores, muñecas, esposas, latigos, disfraces… Un sueño hecho realidad.
Me explica que tiene un sex-shop y que a veces se trae cosillas para probarlas, joder cosillas, tiene todo un arsenal.
Una especie de horquilla llama mi atención, Rico, que así se llama mi agradable vecino, me dice que si quiero el we-vibe es mío, me doy la vuelta para darle las gracias, el calzoncillo está a punto de reventar.
Con la vista clavada en un punto fijo le digo que me enseñe a usarlo, antes de que me de tiempo lo tengo encima manoseando mis pechos, su pelo huele a maría, me sienta en una mecedora, con unos pañuelos de seda ata mis manos y mis pies. Introduce el aparato, no necesita ningún gel, estoy que chorreo, cada lado de la horquilla toca un punto sensible, vibra produciendo una deliciosa sensación. Me pregunta si deseo probar algo más, con voz ronca por los estremecimientos le digo que la suya. Esa no, esa al final, susurra.
Se va a una esquina del salón, trae varios consoladores en sus manos. Me acerca a mis labios ya completamente abiertos y rojos uno de tamaño pequeño de un color rosa intenso, frota con él arriba y abajo pero no llega a introducirlo, apoya la punta en mi rajita. Ya entiendo, empiezo a balancearme, apenas me deja probarlo y cambia a uno de mayor tamaño, más grueso y largo, cada vez oscilo con más fuerza, con cada penetración el consolador choca contra el we-vibe desencadenando mis gritos descontrolados. Los orgasmos se suceden, pero no dejo de mecerme, no dejo de mirar su hierro candente libre ya de telas que lo oculten, va a ser verdad que no tengo hartura.
Rico aprovecha unos segundos que me tomo de descanso para empezar a lamer, sus lengüetazos me hacen cosquillas, obstinado me lleva de nuevo al clímax, no aguanto más, balanceo con fuerza la mecedora y caigo sobre él, introduciéndome por fin su erección. Nunca he tenido algo tan duro entre mis muslos, como no me va a dejar insatisfecha el meapilas de Dani, así estoy siempre, como perra en celo.
Rico me suelta, apartando la silla para dejarme más libertad de movimientos. Brinco y me impulso sobre él como una enajenada. El aparato aún sigue en mi interior vibrando, estoy agotada pero no quiero parar, le pido que continué él.
Inagotable él también, se incrusta de tal forma que su pelvis roza mi vagina, el we-vibe, tiembla enérgico. Sus jadeos de toro embravecido me excitan de tal forma que me siento ir de nuevo. Con una de las manos agarro el consolador pequeño, húmedo aún y se lo introduzco sin miramientos, eso parece animarle aún más. Los empujones me rompen por la mitad. Las contracciones son tan potentes que estoy al borde del desmayo.
Las venas de su cuello parecen querer escapar, con un hondo gemido Rico derrama todo su polvorín.
Se levanta mostrándome su cuerpo en todo su esplendor, su ancha espalda, acaba en un hermoso trasero musculoso, ¿quién lo iba a pensar del hippilongo?
Se acerca de nuevo, tumbándose a mí lado con un porro encendido, huele muy bien. Mientras doy unas cuantas caladas, el juega con su lengua en mis pezones.
Cariñoso me pregunta si quiero jugar a los disfraces. Creo que he dado con la horma de mi zapato, en mi entrepierna ya empieza a latir el deseo de su pene erizado por completo. Mientras el aparato continua su estimulante trabajo, paseo la vista por todos los disfraces expuestos, me pregunto si me dejará probármelos todos.

Triada


Hoy me siento inspirada, voy a contar quien forma esta triada. Saber por qué creamos este blog. Fácil, por aburrimiento. ¿Por qué no salir a correr? Está muy de moda. Sencillo, cansa. Así podría seguir largo y tendido. Lo siento, no me gusta perder el tiempo.
Una buena manera de empezar por alguna. El burro delante "pa" que no se espante. Soy borde, todo me parece mal. Sexualmente “maricona”, me encantan los hombres. Que se le va a hacer. Escribir no es que me guste mucho. Prefiero mirar la televisión. He descubierto que el dedo que uso para cambiar de canal en el mando está revirado. Torcido “pa” los de la capital.
Digo lo que pienso, no pienso lo que digo. ¿Es malo o bueno? Piensen lo que quieran. No creo que vaya a cambiar, no me gustan los cambios, a no ser que sean de televisión.
Ni Clint Eastwood, ni los muñecos del 11888 son tan rápidos como yo, no hay nadie a este lado del Missisipi tan veloz. Perdón, sí mi perro. Siempre llega antes que yo. ¡Brujilla al poder!
Bueno, poder lo que se dice poder, no, para eso tenemos a Posedeia. Difícil y rebuscado el nombre. Si fuera fácil no le gustaría. Es lo contrario que yo, piensa lo que dice, no dice lo que piensa y que Dios nos libre de ello.
En sus relatos aparecen cosas horribles y sin sentido, pero a ver quien se lo dice, la tenemos sentada al lado. Desvaría, divaga ¿y si en un rato de lucidez nos despide?.
Por último Ayesha, ¿qué podemos decir de ella? Nada bueno. No voy a ponerme a mí y a Posedeia a caer de un guindo y ella salir de rositas. De todos modos, tendríamos que escarbar mucho para encontrar lo bueno. Es tan refinada que todo lo que se dice grosero o vulgar, daña sus “fisnísimos” oídos.
Creo que no debo extenderme mucho más. Quiero que quede clara una cosa, cuando digo una verdad se me cae un brazo. Tengo los dos.
A partir de aquí tendré que escribir deprisa, se me van a empezar a caer. Las tres nos llevamos muy bien, nos complementamos y nos entendemos, pero sobre todo nos respetamos. ¡Ey! No penséis mal, no somos trío amoroso.
Las quiero mucho, espero que sea recíproco, porque si no las muerdo la nariz, jajajaja.
Tengo que dejaros el último brazo ya está casi fuera. De ahora en adelante escribiré con los pies o engañando a una de la triada para que copie las aventuras y desventuras que pasan por mis mientes, toma ya, homenaje al Quijote, que para mí es muy difícil escribir con la tocha.

jueves, 15 de abril de 2010

Village People

Hoy me siento ochentera.
De los años ochenta, que algún mal pensado ya estaba imaginando que me sentía como si tuviese ochenta años, y aunque algunos días tengo cuerpo escombro todavía me queda algo de pila. Pues eso que me siento de la época de los cardaos, las minifaldas imposibles, las hombreras, las caponatas y todas las horteradas varias de esos años y nos reíamos de los pantalones de campana de nuestros padres, si es que la adolescencia es "mu" mala. Y he pensado ¿qué grupo representa mejor esos años?, pues cual va a ser, EL GRUPO, y lo pongo así con mayúsculas, porque a ver que otro grupo o cantante se les puede comparar, ni Miguel Bosé con sus bailes de amante bandido y sus faldas.

Para que nos vayamos centrando, que después no nos enteramos de nada y vamos hablando que si el indio, que si el vaquero, que si el poli... El grupo fue formado originalmente por:
Victor Willis (el policía)
Felipe Rose (el Amerindio)
David Hodo (el constructor)
Alex Briley (el militar), de marinero junto a Willis para la canción In the Navy;
Glenn Hughes (el motociclista)
Randy Jones (el vaquero).
Lo siento mucho yo pensaba poner los videos músicales pero desde mi ordenador no deja y desde you tube tampoco se puede, así que os tendreis que conformar con las canciones.
Va la primera, preparados, yo me pido el constructor, por el apellido y por el paquetón...



The village fue un grupo diseñado a la medida, con la idea de atraer al público gay, a cada integrante se le vistió con una indumentaria que encajaba dentro del estereotipo del macho homosexual.
Fliparlo con la discografía,y yo que pensaba que tendrían un disco y ya está:

Village People (1977)
Macho Man (1978)
Cruisin' (1978)
Go West (1979)
Live and Sleazy (1979)
Can't Stop The Music (1980)
Renaissance (1981)
Fox on the Box (1982)
In the Street (1983)
Sex Over the Phone (1985)
Greatest Hits (1988)
Greatest Hits '89 Remixes (1989)
The Best Of Village People (1994)
The Very Best Of (1998)
20th Century Masters, The Millennium Collection...The Best Of Village People (2001)

Ya hemos leido bastante, vamos a por otra, marineros saluden:


Con estos no hay manera, todo el día de cachondeo.




Sus canciones han aparecido en varias series y películas, como In&Out, Abajo el periscopio o Los Simpson. Aparecen hasta en la película, Can´t stop the music que tuvo el honor de ganar el primer Razzie a la peor película y peor guión del año.
Por favor, si alguien sabe donde conseguirla que me lo diga, la necesito, la quiero, la deseo...

Animadoras a sus puestos:





Viva los hombres de pelo en pecho, que impresión que me da, que cada una decida por si misma, si buena o mala.

Y ahora, frikis de Village People, buenas noticias, el 18 de junio estarán en Torrejón de Ardoz, no digo más.
Os dejo con una última canción que a mi me hace pensar, porque si un gigolo es un joven que se prostituye con mujeres mayores por dinero o regalos, lo he buscado en el diccionario, no os vayais a pensar, mmmmh, ¿quién será el encargado de escribir las definiciones?, eso para otro día. Bueno pues eso, que pintan estos mariquitusos cantando una cancion de gigolos y quien pagaría por ellos, cosas más raras se han visto, ahí va la canción de marras:





Su sitio oficial es http://www.officialvillagepeople.com/, voy corriendo a hacerme fan...

Las mejores amigas


Al fin viernes,pensó Paqui mientras se frotaba las manos,
podré quedar con Luisi e ir a bailar a cenar y a intentar hacer todo lo que termina por "ar",
que alegria que alboroto otro perrito piloto.
Bueno ¿que me pondré esta noche? algo sexy que me haga sentir muy femenina y deseable,
un escotillo pero discreto lo justo para sugerir sin enseñar demasiado,
para la parte de abajo algun pantalon ceñidito pero sin que parezca que por delante hay un lector de tarjetas o que me peino con la raya enmedio.
ok,camiseta negra de manga corta con escote redondo y vaqueros negros con cinturon de purpurina, que se vea que brillo con luz propia.
Los pies me los calzaré con unas botas negras de lycra que las botas altas siempre dan sensación de seguridad.
En cuanto a abalorios los más grandes que tengo para pasarlo a lo grande y pasear al loro.
El pelo aleonado, suelto e indisciplinado como yo,a lo mejor me paso la plancha para que abulte mas y se vea más largo, aunque con la mata de pelo que tengo,cualquier peinado es bueno.
Dicho y hecho,viene Luisi que está que explota, desde luego con ese escote parece que tiene un doble culo y además con purpurina dorada en el surco y por delante se puede pasar cualquier tarjeta, menuda raya enmedio,será una competencia dura esta noche.
Fuimos a cenar a un chino con karaoke que despropósito, mientras te comías un rollito de primavera podías ver a Li -Mon cantando el equivalente al "asereje"y cuando ya te habías terminado la segunda botella de vino terminabas queriendo subir arriba para meter el micrófono a alguno por sus partes mas pudientes.
Salimos de allí de media arqueta y nos dirigimos a bailar a un sitio lleno de machotes que te querían restregar la cebolleta con cada baile,otros salían del baño con medio rollo de papel higiénico pegado a la suela del zapato que parecía el velo de una novia.
Venga otro mojito,otro bailecito,más risas que la noche es breve.
Se encienden las luces ya cierran pero queremos más,
buscamos otro garito con Luisi colgada del
brazo de dos mulatos talla xl y yo que me he comido el agujero de un donuts.
Vamos a un pub que habían reformado,o eso parecía, en mi barrio mientras mi amiga no da abasto yo me consuelo con otra ronda, allí parece que tengo más suerte mientras Luisi se va al baño muy bien acompañada, yo hablo con un chico tímido en un principio pero luego resulta ser un vendedor de móviles,que error y yo que hasta le había pagado una fanta,menuda pagafantas.
Luisi sale sonriente,casi bizca ya es de día y vamos a por unos churros,unos han mojado el churro otras nos consolamos con engordar un kilo más.
Volvemos a casa no obstante felices ya que seguiremos siendo las mejores amigas,noche de confesiones y romances, de felicidad efimera que pasa como una estrella fugaz pero que deslumbró en la noche por su luminosidad.

Pacto sobre la tumba


La tarde era calurosa, apresuré el paso para llegar lo antes posible al acogedor fresco del aire acondicionado.
Nada más entrar en casa, busqué el mando para bajar unos cuantos grados la temperatura.
Después de darme una ducha y ponerme cómoda, me lancé al sofá con una novela romántica en una mano y una bolsa de gominolas en la otra.
Me avergonzaba un poco mi afición por aquél género literario, pero no podía evitar emocionarme con aquellos amores imposibles. A veces, si la protagonista pasaba excesivas penurias, lloraba como una Magdalena.
Concentrada en el torso sudoroso y robusto del enamorado de turno, me sobresaltó el ruido de unas revistas que han caído al suelo.
El corazón me late con fuerza. Agarro el libro contra mi pecho, como si el héroe fuese a atravesar las páginas y me vaya a proteger.
Me inclino para ver el motivo del ruido, como había supuesto son sólo unas revistas que se han deslizado de la mesa.
Las estoy recogiendo, cuando otro golpe suena en la habitación. Despacio, llorando y aterrorizada, me encamino al cuarto. En el espejo veo mi rostro pálido y desencajado.
Unos libros se han caído por la puerta entreabierta del armario. Esta casa tiene muchas corrientes de aire.
Respiro profundamente varias veces. Los latidos de mi corazón recuperan su ritmo normal. Dejo los libros tirados en el suelo y regreso al salón. Me acurruco para seguir leyendo.
Soy incapaz de concentrarme en los amores de la bella doncella con el caballero Robert.
Pongo algo de música, estilo celta va bien para purificar el ambiente.
Cierro los ojos dejándome arrastrar por los dulces sonidos. Un cortocircuito hace saltar los fusibles.
La angustia oprime mi garganta, soy incapaz de moverme. Escucho como de los altavoces sale mi propia voz, canto y río con amigos que ya no están.
Ha pasado tanto tiempo desde la última vez. Creí que todo había terminado, pero ha vuelto a suceder…
Apoyo los pies desnudos en el suelo con gran esfuerzo. Miro el reloj del dvd, los números 21:01 iluminan la pantalla a pesar de que no hay luz. Parpadeo un par de veces, las 22:01.
No tengo dudas, sé lo que debo hacer.
Me visto y arreglo lo mejor que puedo en mi estado de nervios. En el trabajo me han hablado de un pub cercano en el que se va directamente a ligar. No hay mucho tiempo, así que me acerco en taxi, el tiempo corre en mi contra.
Cómo un cazador olfateando a su presa, entro al local. Es pronto, aún no hay muchos clientes. Los que vagan por ahí no son de mi agrado, parecen buenas personas.
No es momento de andarse con remilgos, elijo al que más desagrado me produce, el típico ligón que no se come una rosca. Cree que es su día de suerte.
Me acerco sonriente, inclinándome un poco para que tenga una mejor visión de mis senos firmes. Acarició su pecho. Tiene que tener claro lo que quiero y venir por su propio pie, no debo obligarlo.
No se hace rogar demasiado.
Las 23:01, todavía tengo tiempo. Le arrastro hasta mi habitación, ansiosa arranco su ropa, soy cariñosa con él, es lo menos que le debo, acepto de buen grado todas sus sugerencias hasta que agotado se deja caer a mi lado.
Esta tendido en mi cama, con una mano bajo su nuca, fuma silencioso un cigarrillo.
Miro el reloj, las 23:55. Falta poco.
Está un poco nervioso, no puede irse, ahora no. Comienzo a darle un masaje, de reojo veo parpadear las 00:01.
El olor llega como una bocanada de ardiente aire. Descomposición, putrefacción, basura, me tapo la boca y la nariz con la mano para que el hedor no penetre en mi interior.
Me tapo de la cabeza a los pies con la sabana. Escucho las pisadas de las botas llenas de tierra y suciedad en el piso. Mi acompañante está molesto por mi inesperada retirada. No le da tiempo a decir nada, no tiene la más mínima oportunidad, un grito ahogado por unas manos de hierro es lo último que emite.
Intentó agarrarse a mí, arrastrando la tela que me cubre. Vi sus ojos pidiendo ayuda, mientras era devorado. Antes de apartar la vista, mis ojos captan la imagen de Él, arrodillado ante su cena, ha comenzado a arrancar trozos de carne.
Cierro los ojos, incapaz de aguantar la visión. Escucho crujir los huesos al ser desgarrados. Mastica con avidez. Seis meses han pasado y debe estar hambriento, durante un instante temo que no sea suficiente y venga a por mí, pero es el trato, si yo lo tengo contento no hay nada de lo que preocuparse.
Oigo el golpeteo de la sangre, cómo es succionada. Mi estómago protesta, una arcada asciende hasta mi garganta, atravieso corriendo la habitación intentando llegar al baño.
Espero, rogando que acabe pronto la noche. La puerta se abre, varios frascos se estrellan contra el suelo por el impacto del golpe.
El hedor ha desaparecido, siempre sucede después de comer. Observo sus pantalones, con varios rotos, su camisa descosida. Me tiende sobre las baldosas del baño y comienza a tocar mi cuerpo. Toca saciar su hambre de lujuria.
Cierro los ojos. Me veo tomando el sol a orillas del río, Roberto propone ir al cementerio esa noche. Porqué no, nunca ha ocurrido nada, no será diferente esta vez.
Unas manos frías soban mis pechos.
Los seis nos dirigimos al cementerio cuando se pone el sol, Sara con su encantadora y eterna sonrisa, que diferente a la mueca de horror con la que había muerto, Julia altiva y orgullosa, fue la primera victima que Él me exigió, no había cumplido con el pacto y pago por ello.
Oscar había encontrado un libro antiguo y nos había convencido para invocar con él a los muertos. Fue el más afortunado, cayó esa misma noche, sin enterarse de lo que habíamos desencadenado.
Apoyamos las mochilas en un nicho, hicimos los preparativos, velas, incienso, música, Roberto había traído unas hostias robadas en la iglesia.
Lo colocamos sobre la tumba reciente de un chaval de nuestra edad. Dibujamos los símbolos que venían en el libro. David tuvo dudas, le parecía poco respetuoso, inmoral.
Su moralidad le llevo a la muerte, no debió intentar darme clases de ética, cuando se quiso dar cuenta de que lo que le iba a pasar me suplicó y prometió ayudarme, pero ya era demasiado tarde. Se fue a la tumba con su moral intacta.
Algo frío se introducía en mi interior, faltaba ya poco, pronto estaría libre. Aguantar un poco más. Roberto me había prometido revertir el conjuro, él fue el único que se había puesto a salvo aquella noche. Lo que emergió de la tumba no tuvo tiempo de reconocerlo.
Había pasado los últimos quince años intentando devolver al mundo de los muertos lo que habíamos arrebatado con nuestra inconsciencia.
Sentí su aliento sobre mi cara. Una voz cavernosa, me ordenó abrir los ojos. Ya casi había acabado, un poco más y se iría. Estaba como la primera vez que lo vi.
Salió de su tumba, arrojó a Oscar sobre las lápidas, partiendo su cuello. Nos dijo que nos dejaría vivir si le dábamos lo que pidiese. ¿Qué podría querer un maldito zombi? Todos aceptamos sin dudar.
Sus ojos verdes, con un brillo diabólico en las pupilas se clavaban en los míos, mientras terminaba de satisfacerse.
Sólo un poco más, esa noche llamaría a Roberto y le metería prisa.
Acabó por fin, liberándome de su peso, no quise pensar en lo que hacía en los espacios de tiempo en los que no sabía nada de él, prefería pensar que regresaba a su tumba, hasta que el hambre le despertaba de nuevo.
Antes de irse me dijo que me había traído un regalo esta vez. Cuando deje de oír sus pasos salí a la habitación. Sobre la cama había una caja, di un golpe a la tapa, que ligera cayó sobre la sabana. En el interior estaba la cabeza de mi última esperanza, esta vez Roberto no había sido lo suficientemente rápido.
Respiro hondo, sólo me tengo a mi misma. No derramo ni una lágrima por lo que ya no puede ser.
Voy a por los desinfectantes y limpiadores, al menos debo agradecer que tenga buen apetito y no deje ni los huesos. Hasta la próxima mi caballero de ultratumba.

Las cosas claras


Hace unos días en un bar a horas intempestivas, escuché una conversación de la que me río todavía hoy al recordarla.
No penséis que alterno, soy camarera del local casi veinticuatro horas al día. La cuestión, es que había una mujer sentada en la barra, dándome el tostón, que si quiero a no se quien, que sólo va con mujeres pagando. Un coñazo de tía, vamos.
No encontraba la forma de deshacerme de ella.
En esto, entran dos clientes habituales, aunque nunca venían a esas horas. Pero en esta ocasión, acababan de llegar de un viaje de Teruel.
Antes de irse a casa les apetecía tomarse la penúltima, decir la última es mal fario, por algún motivo dejas de beber.
Estaban hablando del viaje, cuando la mujer al oír jamón dijo:
- pues trae uno y lo comemos
¡Ya se formo el lío!
- te gusta el jamón- dijo uno riéndose – pero, ¿a qué no has probado el jamón de Teruel?
- Es que no conozco Teruel
- ¿Qué no conoces Teruel? Tengo un jamón de cinco jotas con el que lo vas a ver a vista de pájaro
- Yo para comer jamón siempre estoy dispuesta y si encima conozco Teruel mejor que mejor
- No, si Teruel lo vas a conocer pero bien. Y que el jamón te lo vas a comer también. Pero lo quieres deshuesado, ¿no?
- Si, mejor así. Para no desperdiciar nada
- Eso nunca. No puedes dejar nada
- ¿Cuándo comemos el jamón de Teruel?
- Cuando tú quieras. Mira como me caes bien, el de Teruel y el de Huelva pero de cinco jotas
- ¿También de Huelva? Es otro sitio que no conozco
- Pues también vas a ver Huelva. Hasta los peñones de Gibraltar, si quieres
Después de unos cuantos whiskies, la conversación no variaba.
Él con una borrachera del copón intentando llevarse a la mujer al huerto, para enseñarle toda España e ir a probar sus especialidades, y ella con que iba a comer jamón ibérico del bueno.
Al final, cada uno a su casa, ni jamón ni polvo.
Consejo para los hombres: Miren que la mujer con la que intentan ligar, esté centrada y no le haga perder el tiempo y el dinero.
Consejo para las mujeres: Tengan cuidado con los embutidos, comerlos sin conocimiento engordan. Se reproducen dentro de nuestro cuerpo, lo que nos deforma. Así que hay que asegurarse de que son bajo en grasas.
¿Merece la pena llevarse a casa un cerdo entero por un trozo de chorizo o jamón?
Yo por si acaso, continuaré con mi amigo de pilas, que ni molesta ni engorda. Va a ser que os dejo para sacarle de mi cajón y desatascar tuberías.
Otro día hablaré de los fontaneros.

miércoles, 14 de abril de 2010

Semper fi


Para terminar hoy mi día maniaco homicida he decidido poner un texto que he encontrado, dedicado a los marines norteamericanos, aunque he visto que también está la versión española donde se cambia la tarta de manzana por una tortilla de patatas.

"Nací el 10 de noviembre de 1775 en el cráter de una bomba. Mi madre era un M-16 y mi padre el Diablo. Cada momento de mi vida es una amenaza a la tuya. Como alambre de espino y meo napalm, y puedo darle un tiro en el culo a un piojo a 300 metros. Recorro el mundo persiguiendo a todos los antiamericanos. Me mueve el amor de madre, los Chevrolet, el béisbol y la tarta de manzana. Soy un bruto. Soy ese hijo de puta sucio, asqueroso, maloliente, sudoroso, repugnante y guapo, que lleva más de 225 años alejando al lobo de la puerta. Soy un Marine de los Estados Unidos. Parecemos soldados y hablamos como marineros, pero les damos mil vueltas a los dos. Les robamos el águila a las Fuerzas Aéreas, la cuerda al Ejército y el ancla a la Armada. Y el séptimo día, cuando Dios descansó, nosotros nos situamos en el perímetro, y desde entonces dirigimos la función. Guerrero de día, amante de noche, borracho a capricho y Marine por la Gracia de Dios. Semper fidelis."

Ideas políticas aparte, es innegable la fuerza de este texto. Espero algún día poder escribir algo parecido. Que tengan un buen día señores.

Un dulce ángel


Tumbada en la cama. Mirando como el humo que expulsa entre sus labios sube en blancas ondas, piensa en lo ocurrido.
No se arrepiente, deja eso para los que tienen conciencia y la usan. Ella hace tiempo que dejo de hacerlo.
El cuerpo a su lado gime. Se ha llevado un buen balazo, por culpa del mamón de crío ese.
No debían haberlo llevado, pero Edu insistió y Berto en el fondo es débil, por eso está ahora ahí, tirado, lloriqueando como un bebe.
Si ella no le llega a volar la cabeza al cabrón del guardia, estaban todos muertos. Puto chaval. Por dudar, Berto está herido.
Agarrándose las tripas, impidió que matase al mierdecilla. Qué disfrute de las horas que le quedan, porque en cuanto Berto estire la pata irá a por él. No será rápido, le va a doler, como le duele a ella escuchar cada lamento.
Enciende otro cigarrillo, escucha la voz de Edu hablándole a su hermano pequeño. Lo va a sentir. Espera que no se interponga. Tiene balas suficientes.
Berto está sudando. Le duele mucho. El matasanos no ha dado ninguna esperanza. Quizás en un hospital. No es buena idea. Tendrá que aguantarse.
Se gira un poco acariciándola. Siempre ha sido muy dulce. Una de las pocas personas que se ha portado bien con ella, junto con su abuelo. Le besa. Sabe a muerte. Ella sabe mucho de eso.
El aire está viciado, huele a tabaco y sudor. Las ventanas no se abren. Nadie debe saber que la casa está ocupada. Les buscan.
Sale de la habitación, medio desnuda. Edu ni siquiera la mira. De verdad espera que no se atraviese en su camino.
Es preciosa. Nadie podría imaginar que bajo esa cara de niña pecosilla, se esconde un alma siniestra. Miro a mi hermano. Imbecil, ¿por qué no disparaste? Ahora estaríamos lejos de éste país.
No tenemos el dinero y encima nos buscan por varios asesinatos. Mati una vez que empieza no puede parar. A algunas personas le gusta comer, o beber, o irse de putas. A ella le gusta matar.
Es como la muerte, no hace distinción de raza o edad, sólo parece respetar un poco a los ancianos. A los ancianos no los mata a no ser que lo considere necesario.
Su hermano está en peligro. No sabe que hacer. Le gustaría ayudarlo, pero ha visto el brillo en los ojos de ella. Está sentenciado. Quizás debería hablar, intentar convencerla. Berto lo entendería, la haría comprender, pero ya poco puede hacer, está tan débil que apenas tiene fuerza para quejarse.
Berto aprieta los dientes. El dolor le está desgarrando. Está solo en la habitación. Piensa en como habría podido ser su vida si no la hubiese conocido. A él no le gusta matar, sólo lo hace cuando lo pagan por ello. Pero Mati es otra historia.
Cuando la conoció andaba por las calles descalza y sucia. Con su bonito cuerpo cubierto por ropas encontradas entre la basura. Se enamoró nada más verla. Sus ojos negros, eran como brasas ardientes. Contaban una historia terrible. La llamó y ella le siguió. No se habían separado desde entonces.
Se entero años más tarde de lo de sus primos y su tío. En cuanto tuvo ocasión acabo con todos ellos. Que demonios, acabo en una sola noche con todo el pueblo. Como una diosa de la venganza. Su cuerpo parecía brillar cuando mataba a cada uno de los que habían abusado de ella. Creía que acabaría con aquello, pero su sed de sangre era insaciable. Disfrutaba sintiendo el poder que la otorgaba su pistola. La acariciaba como si fuese su hijo.
Un dolor atraviesa sus entrañas. Grita tan fuerte como le permiten sus fuerzas. Mati entra, seguida de Edu. Espera que permanezcan juntos. Edu es bueno para ella. No dejará que nada malo le pase. No piensa en el hermano. Es ya hombre muerto.
No puede quejarse. Muere rodeado de las únicas personas que le importan. Aún alcanza a escuchar los golpes de la culata contra la cabeza del chaval. Mati se está tomando su tiempo para destrozarlo.
No la había visto llegar. Se abalanzó sobre él como una leona. La sangre no le deja ver nada. Apenas puede ya sentir las hostias contra su cráneo. ¿Dónde está Edu?¿Dónde está su hermano? Su espíritu se eleva de su cuerpo. Lo último que ve es a Mati, hermosa, siempre hermosa, cubierta con su sangre.
Todo ha acabado. Llamo a Edu. Debemos irnos. Me alegra que no haya intervenido.
Cruzamos la frontera sin problemas. Está amaneciendo. Duermo un poco con la pistola entre mis manos. Me gusta sentir su frío tacto.
Qué bella es dormida. Descansa tranquila. La pasada noche ha asesinado a diez personas a sangre fría. A varias de ellas ni siquiera era necesario. La familia del parking aún debe pensar que es lo que ha pasado. Estaban intentando ayudar a una mujer cubierta de sangre cuando unos disparos acabaron con sus vidas. El abuelo fue el último, incluso le pidió perdón. Es tan extraña.
Debería pegarla un tiro ahora que puede. Toca la culata de su revolver. Esa puta ha matado a su hermano y él no ha hecho nada. Le matará a él sin pestañear si así lo decide.
Le está mirando. Aún tiene restos de su hermano pegados en el pelo. Acaricia su mejilla sonrosada y ella sonríe. Retira la mano de la pistola, a un ángel no se le puede matar.

Vecinas


Qué malas somos las mujeres…
Yo la primera. Serpientes de cascabel, víboras y cobras a mi lado son simples juguetes.
Lo que no seré nunca, si lo hago doy permiso para que se me abofetee, es ser zorra y fisgona. No me dedico a vivir la vida de los demás.
Un ejemplo, si me pongo minifalda, de las que casi se enseña el culo, mi vecina siempre dispuesta a perder horas de sueño para vigilarme, se pone una falda cinturón al salir a la compra.
Claro ella tiene que usar las tijeras para recortarla, usa refajos de la época barroca.
Debe de tener un armario lleno de trozos de tela, de todo lo que recorta. Sobre todo para convertir las bragazas de cuello vuelto en pequeñísimas tangas. Vamos, que mejor que no se ponga nada.
¡arg!¡qué asco!¡quita, quita! Sólo de pensarlo me dan ganas de vomitar.
Más que más, por imaginar su cara difícil de mirar. Porque una cosa es ser fea y otra que el culo pelado de un mandril sea más grato de mirar.
La tipa de la casa, aunque separada de la mía por diez metros, siempre consigue apoderarse de los regalos que me mandan por correo. Lo huele o tiene un radar porque en cuanto no hay que pagar, asalta al cartero.
Ya cansada de que me quite las cosas, que no puedo reclamar al no especificar nombre, sólo viene dirección.
Y como no, en este pueblo no deben gustar los números.
No, que sólo sabemos contar hasta diez, vamos a poner letras. Cogemos el 1 y le agregamos una letra hasta completar el abecedario, luego el 2 y así sucesivamente.
Bueno, que me disperso, como dice mi jodía hermana, es guay, paranoica, pero mola. Esa historia otro día, que me voy otra vez.
Pues eso, ya harta, en un descuido que deja abierta la puerta de su casa. Entro…
Me llevo los quemadores de su cocina, más antigua que las que se usaban en tiempo de Carolo el Grande. La mía es de inducción, que se joda.
¿Eso a qué incita? A que me haga una visita:
- ¿Por qué te has llevado mis quemadores?
- ¿Quién yo?
- Si tú
- Yo no fui
Debió ser alguna urraca que le gustaba apropiarse de lo ajeno. Seguro que cuando apareciesen mis cosas aparecerían las suyas. Obviamente que lo haga pronto, porque si no cenaran latas de atún durante un año.
¡Increíble! Por arte de magia aparecen los cachivaches en mi puerta y los quemadores en la suya, con una nota:
LA PROXIMA VEZ LA COCINA ENTERA, PAJARRACO.
¿Creen que me merezco esa bofetada? Opinen, con poner plaf me doy por golpeada.

martes, 13 de abril de 2010

TARDE LLUVIOSA


Era una tarde como otra cualquiera,
la vida seguia su curso,un día más ó un día menos según se mire,
preparada para volver a casa después de un día de rutinario trabajo,
se tropezó con él y todo cambió.
Le vió de lejos y sintió como temblaba ante su mirada,
no podía ser posible,ella debía volver a casa recoger a sus hijos,hacer la compra,preparar la cena,
no tenía derecho a soñar,no podía mirar a otro hombre,era esposa y madre ante todo,
no había cabida para las realizaciones personales ni para individualismos,su tiempo para ella terminó,nadie entendería jamás sus inquietudes,sus ganas de volar, todo lo que bullía en su interior,sus inquietudes,su riqueza interior, la cantidad de proyectos que albergaba,la necesidad de ser ella misma,de tener su espacio.
Todavia era joven,vulnerable, tenia una capacidad ilimitada de amar.
Y ¿quien era aquel desconocido que la hacia sentir tan poderosa y a la vez tan vulnerable?
No tenía respuestas y él sonreía desafiante en la lejanía.
-No por favor no te acerques,no tambalees mi mundo de "seguridad",no me prometas paraísos perdidos,no tengo derecho a ello-pensaba Zaida mientras lo miraba-.
El que creyó desconocido se fue acercando mientras Zaida inconscientemente iba retrocediendo mientras pensaba que aquello no era real,cuando estuvo mas cerca de ella le tendió su mano y la saludó ,era Jaime su compañero del colegio ahora era egiptólogo trabajaba dando clases en la universidad, gran amante del teatro estaba en un grupo y en un taller de literatura,la invitó a un café,estuvieron horas hablando de mil y un temas,la afinidad era absoluta,era un placer poder hablar de un buen libro,comentar un poema,un dramaturgo,de los ultimos descubrimientos de la egiptologia,en fin del lado intelectual y rico de la vida.
Durante un rato Zaida se olvido de comidas y labores domésticas de hijos y parejas insustanciales.Y se sintió feliz,realizada,comprendida y valorada.
Quedaron en volver a verse pero ella decidió que era muy peligroso y que no tenía derecho a volver a ser feliz,eligió mal la carta,fín de la partida.
Los hijos son el tesoro de nuestra vida,lo demás son otras historias que no merecen ser contadas
solo vividas a camara lenta,hasta que un buen día cuando pasas por atocha decides coger el siguiente tren que vaya lo más lejos posible y ya no vuelves la vista atrás.

Soledad


Querido Sergio,

Escribo estas líneas, mirando el amanecer a través de la ventana de mi habitación. Un rayo de luz atraviesa el cristal, estrellándose en el frío y desnudo suelo, el sol intenta abrirse camino entre espesas nubes.
En el cuarto contiguo escucho a mi vecino intentando que sus fantasmas interiores le dejen tranquilo, los doctores dicen que la medicación le está ayudando a superar sus angustias y temores. A mí sólo me parece que le aturde el cerebro.
Con el tiempo dicen se sobrepondrá y el dolor se irá diluyendo, como si el tiempo fuese el elixir que todo lo cura.
Así es como actúa ésta sociedad en la que vivimos, donde lo que deseabas ayer mismo, hoy una vez conseguido queda escondido en algún oscuro rincón del armario, junto con otros miles de objetos que una vez anhelaste.
Ese es mi problema que me aferro demasiado a las cosas y no sé dejarlas ir.
Trastorno obsesivo-compulsivo del tipo atormentada y obsesiva pura es mi diagnóstico, como si yo estuviese enferma por no querer desprenderme de tu recuerdo, como si no fuesen ellos los enfermos, que borran de su mente todo lo que les estorba.
Que debo pasar página insisten, que debo salir , relacionarme con más gente, aunque ésta me desagrade, que me apunte a alguna actividad, como si el llenar mi vida con otras personas fuese a ayudarme.
Como podrían sustituir esos desconocidos la visión de tu cabello agitado por la brisa o el sabor de la sal sobre tu piel al emerger del mar.
Perseguido por las olas renuentes también, a dejarte marchar. Como sustituirán tu calida sonrisa, que hacía temblar mi corazón cada vez que me mirabas. Cómo, me pregunto yo, se sustituye a Dios por un ídolo de barro.
Me olvidarás y serás feliz me dijiste, le olvidarás me decían mis amigos y yo confié en todos ellos.
Sé que luchaste por permanecer a mi lado pero el enemigo era demasiado fuerte para vencerlo, te tenías que ir. Me hiciste prometer que no te seguiría hasta que llegase mi momento.
Maldigo ese instante de debilidad que tuve, me arrancaste la promesa amparándote en tu felicidad, olvidándote de que la mía dependía únicamente de ti.
Cada día a cada instante rememoro el tiempo que estuvimos juntos, un tiempo de felicidad total, sin fisuras, que yo creía eterna.
Eso es lo que me piden que deje atrás, mi felicidad.
Debo abandonar mis ensoñaciones donde estamos de nuevo juntos y aunque irreal me produce cierta alegría y enfrentarme a la realidad donde sólo soy un peón de ajedrez más, del que no importará desprenderse cuando sea necesario.
Conformarme con las pequeñas alegrías que se nos ofrecen cada día, una rosa que florece, las risas de los niños…pero la rosa morirá y los niños crecerán y enfrentados a la dura realidad ya no reirán felices y despreocupados.
Evitar los pensamientos negativos, pero acaso eso es posible viendo la televisión o escuchando la radio, incluso en las novelas siempre hay algún perdedor y no me engaño cuando pienso que ese papel me ha tocado a mí.
Ayer me visitó tu madre.
Ella ha conseguido continuar con su vida y es capaz de recordarte sin tristeza. Pero ella siempre ha sido fuerte, yo también lo sería si encontrase una razón para serlo.
No entiendo porque alargar mi sufrimiento unos cuantos años más, que piensan que voy a conseguir integrándome sana y cuerda en la sociedad, ¿un trabajo mal pagado?¿una hipoteca a terminar de pagar en cincuenta años?
A veces intentan que despierte, haciendo que me sienta culpable por el sufrimiento que estoy causando a los que me quieren.
Entonces debería disimular y permitirlos creer que todo va bien, para que ellos sean felices, y si ¿todos hacemos lo mismo?.
Me pregunto si eso es lo que ocurre, que la mayoría de las personas no son sino que disimulan y con el tiempo se lo creen y se acomodan a esa felicidad ficticia. Entonces, ¿por qué mi alegría imaginaria es diferente?
En mis peores momentos, sé que tengo que dejarte ir, pienso que utilizo tu recuerdo para no enfrentarme a mis miedos, soy una cobarde, pero el cobarde no elige serlo, a todos nos gustaría ser valientes caballeros listos en todo momento para el combate. Pero de los dos tú eras el héroe y te vencieron, ¿qué será entonces de mí?
El sol ha conseguido colarse entre las nubes, siempre antes o después termina por lograrlo…


Por siempre tuya, Soledad

"Normal"

Ayesha me ha pedido que durante unos cuantos días me comporte como la señorita que ella todavía confía que llevo en mi interior y que escriba cosas normales.
Para mi es un poco difícil porque creo en las hadas, los duendes, los unicornios, incluso creo en los antiguos dioses paganos, no le hago daño a nadie y a mi me hace feliz. Creo en cosas hermosas y sobrenaturales, a veces me dan miedo pero me hacen estar alerta,viva.
Locura, demencia, paranoia, tiene mil nombres pero prefiero estar loca, demente o paranoica antes que ser una cuerda, lúcida, descreída.
Dicho esto y debido al aprecio que siento por ese ser que aún cree en el romanticismo y el amor intentaré aparcar los lujuriosos relatos al menos por hoy y escribir algo "normal".

lunes, 12 de abril de 2010

Outkast

Iba a esperar un poco para colgar otra entrada de música, pero al ver alguno de los videos del grupo Outkast, formado por André 3000 y Big Boi, no he podido resistirme a compartirlo. Según los expertos su música es southern rap y R&B contemporáneo, no tengo ni idea de que significa eso, ni que tipo de música es, a mi lo que me importa es que me gusta, no en el estilo en el que está englobada. Basta de cháchara y disfrutar del primer video, por favor, volver a mirar la foto de arriba antes de dar al play, os doy una pista...Mirad el pelo...



Después del momento Heineken no voy a hacer ningún comentario, porque es tanto lo que se cruza por mi mente después de ver semejante obra de arte que tendría para escribir una novela.

La discografía de aquí los amigos Andre Benjamin y Antwan Patton, por si a alguien le da por descargarse algo:

1994: Southernplayalisticadillacmuzik
1996: ATLiens
1998: Aquemini
2000: Stankonia
2003: Speakerboxxx/The Love Below
2006: Idlewild

Su página para los muy interesados es http://www.outkast.com/, tiene fotos divertidas y cosillas interesantes.

Os dejo con un video más :



Es total, tiene coreografías inigualables, acción, hasta un momento made in Spain, que más se puede pedir.
Por hoy ya está bien, hasta la próxima.

Demencia


En la cocina. Preparando la comida, la música tan alta como permite la rueda del volumen, haciendo algún paso de baile de vez en cuando.
De repente una sombra pasa veloz por la puerta abierta. Me asomo, no veo a nadie.
La música se para a mitad de la canción, continuo mi inspección por la casa. Estoy sola, compruebo puertas y ventanas. Nada, todo cerrado.
- Habrá sido al moverme – pienso
La música comienza a sonar, pero la voz no es de quien debería, la melodía es la de Las Supremas de Mostotes “Eres un enfermo” , la voz sin embargo es la de un hombre que dice:
- La comida se te quema
La comida se te quema
Corro hasta la cocina y retiro la cazuela del fuego, la voz tenía razón.
Empiezo a gritar los nombres de los habitantes de la casa, aunque sé que están todos en su lugar de trabajo o estudio.
Sigo sola.
Otra vez la sombra, ahora pasa más cerca de mi espalda, me empieza a recorrer un escalofrío que se ramificada a todos los miembros de mi cuerpo.
La música se ha vuelto a parar. De un manotazo tiro el aparato al suelo, arranco el cable y lo hago añicos.
Me agacho a recoger los trozos dispersos, veo que hay pequeños charcos de agua por el pasillo, parecen huellas de alguien mojado. Se oye ruido de goma al pisar.
Registro de nuevo la casa, todo sigue igual, menos la cama, está mojada. Salgo al pasillo y el agua ya no está.
Mi corazón se acelera, va tan rápido que parece que se va a salir, la respiración entrecortada y rápida. Las piernas no me responden, no puedo mantenerme en pie, necesito sentarme
- No lo hagas o me harás compañía
Otra vez esa voz que salía del aparato de música, me estoy volviendo loca, está roto.
Casi sin fuerzas cojo un martillo, doy golpes hasta que ya no queda nada, pero la voz sigue sonando
- Busca y busca y no me encontrarás, aquí y allí, en todos los sitios estoy
Me duele el pecho, la cabeza me da vueltas, en la nuca noto un viento gélido, alguien me sopla.
Es tan frío que se me hiela la sangre.
Delante del espejo veo un rostro, no es el mío. Su cara está pálida, los ojos hundidos, la boca desdentada. Está completamente empapado. Me mira fijamente sonriendo, no me veo, sólo al ser
¿ y yo? ¿dónde estoy?¿ soy un vampiro? ¿por qué no me veo?
Detrás de mí no hay nadie, ya no hay reflejo, algo se mueve pero continuo sola. Otra vez siento el aire helado, esta vez más fuerte, es distinto.
Noto que algo toca mi cara, no puedo moverme, los pies están pegados al suelo.
Algo me roza, baja por mi pelo hasta mi espalda, recorre todo mi cuerpo, miro de reojo, es la sombra, me está sonriendo. Me sujeta, me gira con fuerza. No hay rostro.
En mis manos empiezo a sentir calor, que sensación tan agradable, la sombra se ha ido ahora difumino un rostro, uno de dolor ¿lo conozco? ¿éste ser lo conozco?
Miro al suelo, está pintado de rojo muy intenso, no hay brocha pero el color se extiende por toda la superficie. Una voz me pregunta
- ¿Por qué?
Lo miro es extraño, tiene en su estómago un cuchillo clavado, es de ahí de donde sale la pintura. Se lo arranco de su cuerpo y un gran chorro me salpica
- Pero ¿qué haces? Me has manchado
Se lo vuelvo a poner para que deje de mancharme, esta vez se lo aprieto con más fuerza.
Voy al baño y me meto en la ducha. Al salir ya no hay cara pálida en el espejo, solo yo bella y joven, en el pasillo veo el cuerpo inerte de mi amor, a su lado la figura de un hombre mojado riéndose de mí.

Venganza húmeda



Entré en la tienda observando atentamente la mercancía, no se me iba de la mente la humillación que había recibido, se merecía un castigo. Siempre me plegaba a sus morbosas fantasías, pero esta vez había ido demasiado lejos.
Distraída elegí el más grande que vi, era suave al tacto, tal vez debería elegir algo más pequeño, no tenía demasiado tiempo y serviría igual así que me quede con el que ya tenía en la mano. Compré unas cuantas cosas más que necesitaba y fui corriendo hasta casa.
Todavía no había llegado, preparé la habitación para que pensase que ya no estaba enfadada y que esa tarde jugaríamos un rato, no debía sospechar nada, o no podría ejecutar el plan.
Coloqué el dvd elegido, sabía lo que le excitaba, ya veríamos después si le seguía gustando tanto.
Me vestí cuidadosamente, eligiendo cada detalle pensando en sus gustos, ligueros, transparencias, tacones altos…
Nada más entrar por la puerta, al oler el aroma del incienso que se había ido esparciendo por la casa imaginó lo que pasaba, quitándose la ropa por el camino llegó a la habitación desnudo, donde yo le espero mimosa sobre la cama.
Le indico con un gesto que permanezca donde está, me acerco contoneando las caderas, comienzo a besar sus fuertes hombros, acaricio su pecho, le he tenido un tiempo sin dejar que me tocase así que enseguida se empalma con el contacto. Apenas puede contenerse, me inclina sobre el respaldo de un asiento, siempre le gusta empezar por detrás, pero antes de que pueda hacer nada le coloco unas esposas inmovilizándolo a la silla, intenta levantarla pero el herrero ha hecho un buen trabajo anclándola al suelo.
Todavía no está enfadado, le gusta que tome la iniciativa de vez en cuando, antes de que se de cuenta, ato también sus pies dejando un poco separadas las piernas, va empezando a comprender, comienzan los gritos.
Ya estaba previsto, saco la mordaza que he comprado, a su vista también pongo el consolador extra grande, se le desorbitan los ojos al ver el ancho y largo del aparato, intenta de nuevo soltarse, le doy un latigazo con una fusta, en la tienda tenían de todo, para que se esté quieto.
Pongo el dvd, ahora tiene claro lo que va a suceder.
En la pantalla estoy yo, cubierta sólo por mi larga melena caoba, se nota que estoy inquieta, entra él y me relajo, pero detrás aparecen varios hombres, a veces ha traído alguno de sus amigos para que nos mire pero nunca a tantos, sospecho que esto no me va a gustar.
Los hombres empiezan a tocarme, mientras él se aparta para mirar, soban mis pechos, mis muslos, comienzan a lamer todo mi cuerpo. Mis ojos no se apartan de su cara sonriente.
Me giro a observar al hombre de carne y hueso que tengo atado a la silla, el muy cerdo se está empalmando, le dejo que disfrute un poco, de manera masoquista yo también lo hice.
Uno de los hombres se tumba en el suelo con su verga preparada, él me hace un gesto para que me siente sobre ella, no quiero, los otros me obligan, empiezan a moverme para que note en mi vagina el aguijón que tengo clavado. Un negro de dos metros pone frente a mí su hombría, es de un tamaño descomunal, aprieto los labios, no te preocupes mi vida, me dice, que mi niña ya encontrará donde ser querida.
Intento soltarme pero estoy bien sujeta, el negrazo rodea mi cuerpo y se coloca detrás, un líquido cae sobre mi espalda y comienza a masajear mis nalgas con él.
Tomo el aceite de tiaré de la mesilla y comienzo a hacer con él, lo que su amigo hizo conmigo, su culo carnoso y duro se agita, tengo un momento de duda, pero al ver en la televisión la espantosa embestida con la que me penetra el negro, le meto varios dedos en su culo virgen, les imprimo el mismo ritmo bestial que veo en las imágenes, ahora lloras verdad mamón, pues todavía no he hecho nada más que empezar.
Uno de los hombres que me sujetaba se coloca delante y mete su verga en mi boca abierta por lo que ya parecen jadeos de placer, más que de dolor, comienzo a sentir un cosquilleo en la entrepierna observando como doy placer a tres hombres al mismo tiempo.
Me acaricio allí donde late con fuerza, no puedo distraerme, no estoy aquí para eso, me coloco frente a su cara y le digo que si se porta bien le suelto, él asiente con la cabeza, le quito la mordaza y comienza a chupar donde le indico, siempre ha sido muy bueno cuando quiere.
Mis gemidos se confunden con los que salen del televisor, me aparto para que pueda ver lo que ocurre en la grabación, aunque seguro que lo recuerda muy bien, con cada una de las manos estoy masturbando a los dos que quedaban.
La tiene tan dura que las venas parecen a punto de estallar. Es hora de bajarle los humos, cojo el consolador, apenas puedo rodear su ancho con mis dos manos entrelazadas, lo paseo ante sus ojos, comienza a suplicar, por favor. Por favor ¿qué? Yo ni siquiera podía rogar, con la boca llena como la tenía. Le coloco de nuevo la mordaza, no quiero que sus gritos alerten a los vecinos.
Le lubrico de nuevo bien, no se está quieto, agarro su miembro y comienzo a masajearlo, está tan excitado que comienza a empujar entre mi mano, coloco entonces la punta del aparato contra él, se queda paralizado, gira su cabeza y pide perdón con sus ojos.
- mira a la televisión, ahora llega tu momento, no te lo vayas a perder – la rabia apenas me deja hablar.
Los cinco hombres empujan sin ningún control sobre mi, entra él de nuevo en la pantalla, se acerca frotando su verga ya recia por el espectáculo.
Al mismo tiempo que él me penetra sin molestarse en que primero la saque el negro, le introduzco el aparato completo sin ningún miramiento, en ese momento deseó ser hombre para poder ser yo la que le desgarre, como él hizo conmigo, sentir el calor que debe desprender por el dolor y la vejación a la que le estoy sometiendo.
Miro de nuevo a la pantalla, mi cuerpo se convulsiona bajo el empuje de los seis machos encabritados, los orgasmos se suceden unos a otros, chorros de líquido salpican por todas partes hasta quedar en mi interior sólo él, perforando intensamente.
Una de sus manos se introduce en mi vulva, se ríe por lo mojada que la encuentra, sus vaivenes son cada vez más violentos, me hace enloquecer, pedir a gritos que no pare, los otros nos jalean para que continuemos.
Sobre la silla, es su cuerpo el que es violentado, su miembro no para de crecer bajo los empellones violentos a los que le someto, nunca la ha tenido tan dura, le quito la mordaza y ahora es él que me pide que no pare. Eso no es lo que yo esperaba.
Suelto las ataduras todavía insegura de que no vaya a matarme. Se tira brutalmente sobre mí, con el consolador todavía clavado y me penetra agresivamente. Mientras mi mano alcanza el consolador y comienzo de nuevo a bombear, su colosal verga golpea impetuosa.
Los jadeos de nuestras imágenes, nos excitan más, consiguiendo un orgasmo a cuatro bandas que nos hace caer desplomados.

domingo, 11 de abril de 2010

EL REGALO MAS PRECIADO


Era una tarde como otra cualquiera,hacía bastante frío porque ya estaba llegando el invierno,
las hojas caían de los árboles,la vida seguía su frenética marcha,coches y más coches,carreteras colapsadas...consecuencias de la vida en la gran urbe.
Yo me dirigía como todas las tardes a la ruta,a recoger a mi hermano que tiene parálisis cerebral y va a un colegio especial,hacía mucho frío en aquella esquina.
La gente andaba algo encogida y además era hora punta por lo que hacía tiempo había comenzado el carnaval.
Me encontraba allí como un pasmarote,entre la duda y la divagación, como ausente,
la sensación de frío era lo único que me vinculaba con el mundo real.
Estaba en aquel estado de consciencia obligada cuando un claxón me sacó del limbo,fijo la vista al frente y veo una luz que me ciega por su pureza,mi hermano me hace señas desde la ventanilla del autocar.
Gema la cuidora me saluda mientras baja la plataforma para colocar la silla de ruedas de mi hermano en el suelo, yo no la escucho ,mis ojos solo pueden ver una aúrea belleza que poco a poco se va acercando hacia mí.
Su sonrisa para algunos es una horrible mueca,
para mí supera la belleza de las venus de Boticcelli,sus manos crispadas se acercan a las mías.Unos solo verán una masa informe, un castigo divino, un niño contrahecho,yo solo veo amor,inocencia y pureza.Me encuentro ante alguien que no ha sido jamás maleado,ante un pedazo de cielo.
Corro a abrazarle a besarle quiero que me haga sentir bien,que me transmita un poco de su paz,algo de la armonía de su cosmos,una pizca de música celestial.

Enfilo el camino de vuelta a casa,mi hermano me sonrie e intenta hablarme con un puñado de palabras que suenan inteligibles comparables tan solo a nacimientos de estrellas prontas a desaparecer en bella sinfonía fugaz.
Noto que la gente nos mira,no pueden comprender mi felicidad por tamaño regalo,
lejos de su entendimiento quedará siempre que yo atesoro el regalo más grande que ellos jamás ni tan siquiera podrán imaginar
-¡yo tengo un ángel-

Wallflowers

Estaba la pasada noche pensando, es lo que tiene no tener nada que hacer, que piensas.. Bueno pues estaba yo ahí dandoles vueltas a otro relato y se me ocurrió que lo mismo que estabamos haciendo entradas con los escritores que han marcado de alguna forma nuestras vidas, podíamos hacer lo mismo con cantantes o grupos musicales...
Vale, es porque ya se poner música en el blog, pero es buena idea y la música dicen ennoblece el alma. Así que sin más preámbulos presento al primer grupo que he elegido para iniciar esta nueva categoria:WALLFLOWERS


Wallflowers es una banda formada en Los Ángeles a principios de los 90, compuesta por el vocalista y guitarrista Jakob Dylan, Fred Eltringham (batería), Rami Jaffee (teclado) y Greg Richling (bajo), aunque en sus inicios tuvo diferentes miembros, el lider del grupo siempre se ha mantenido.
Su música tal vez no sea demasiado original, una mezcla de rock, country-rock e incluso folk rock,pero las melodias poéticas y honestas, unidas a la sensual voz de Jakob Dylan hacen que te transportes a un mundo de ensueño, donde te dejas acariciar por las notas musicales que te rodean.
No es un grupo demasiado prolífico en trece años publicaron cinco discos:
* 1992 - Wallflowers
* 1996 - Bringing Down the Horse
* 2000 - Breach
* 2002 - Red Letter Days
* 2005 - Rebel Sweetheart
No es mi intención poner aquí un concierto con todas sus canciones pero al menos quiero dejar la muestra de varias de ellas, que a mí particularmente me ponen los pelos de punta cada vez que las oigo.
El video 6th Avenue Heartache del album Bringing down the horse


Una versión del tema de Van Morrison "Into de mystic" en la voz de Jakob, me emociono yo sola..



Y para terminar mi favorita One headlight del album Bringing Down the Horse :



Por ahora eso es todo, me voy a seguir soñando...

Ahogado por la razón


En la litera del camarote, tirado para descansar de los duros día pasados.
Ha empezado la temporada de bonito a caña. Es una de las más abundantes que he conocido.
Nos llaman para subir a cubierta, se ha divisado otro banco de bonitos.
Subo. Bajando todos los santos de los que me acuerdo, me enciendo un cigarrillo para que se me pase el mal humor.
Sin pasar apenas diez minutos el listo del barco, empieza a fingir mareos y una crisis de epilepsia. Ninguno le creemos, pero nos resulta más fácil mandarle a descansar. Total para lo que hace.
El patrón ha intentado despedirle, pero el muy hijo de puta le chantajea con denunciarle por despedir a una persona enferma. Tampoco le puede reducir el pago de la partija, porque todos firmamos antes de echarnos a la mar, que a partes iguales.
Mientras seguimos con la pesca, parloteamos lo que le haríamos cada uno. Unos que si le echan en la comida evacuol para que se vaya por la patilla. Otros que mejor usarlo de cebo para pescar.
- Entonces no pescábamos ni uno. Que a los peces no les gusta la basura – comento con el cigarrillo entre mis agrietados labios
Escucho fuertes carcajadas, incluidas las del patrón.
Hemos terminado por ahora. Dejamos todos los aparejos recogidos hasta que aparezca otra bancada.
Encabezo la bajada a las literas. En una de ellas está espatarrado el epiléptico. En pelotas. Roncando, haciendo temblar el barco más que si hubiera marejada. En el suelo tirados sus calzoncillos, con palomitas y nicotinizado.
- “me cago en su puta madre” – pienso
Es tal el enfado, que me hierve la sangre, cojo los calzoncillos cagados del suelo y se los meto en la boca gritando:
- Come, para que duermas mejor hijoputa. Vas a ir por la borda
Todos me están mirando, pero ninguno interviene; al contrario algunos animan y se descojonan mientras acuestan sus agotados cuerpos en los colchones
Una voz me hace soltar a mi presa, que tosiendo y con lágrimas en los ojos apenas podía respirar, es la del patrón ordenando que le siga.
Se acabo. Estoy despedido.
Todo lo que pasa por mi cabeza son mi madre y mi hermana.
Qué diré, como explico el motivo del despido.
Estoy tan absorto en mis pensamientos que ni cuenta me he dado de que ya hemos llegado al camarote del jefe.
Me dice que me siente, pero no está enfadado, tan solo me pregunta que quiero tomar.
- Te lo has ganado, muchacho.
Su cara muestra una sonrisa. Se ha divertido de lo lindo el jodío con lo que acababa de ocurrir. Guiñándome un ojo me aconseja que intente controlarme para la próxima vez.
- Hay cosas que no puedo permitir entre mi tripulación, ¿lo entiendes verdad? Anda chaval, que no se repita, vuelve al camarote con los otros.
Las carcajadas me persiguen cuando cierro la puerta para ir a descansar con el resto de los compañeros.