viernes, 28 de mayo de 2010

Un día más de trabajo


El sonido de la música que salía de los altavoces alcanzaba todos los rincones de la sala, pero los administrativos no parecían conscientes de la voz de Dexter Holland gritando “well fuck you”, permanecían todos en calma. De vez en cuando alguno levantaba la cabeza y se frotaba los ojos, cansados de todo un día mirando la pantalla del ordenador.
Si no fuese por el sonido de los dedos sobre el teclado parecería que la sala estaba desierta, era viernes y ninguno quería entretenerse, acabarían el trabajo y a las seis en punto estarían saliendo por la puerta.
La voz de uno de ellos rompió el silencio:
- Ya estamos otra vez, hoy seguro que no me voy pronto.
La morenita que se sentaba a su lado le preguntó desinteresada que pasaba, no quería perder el tiempo con problemas de los demás.
- Lo de siempre. Me bajo al almacén.
Por el camino, el joven delgado con el pelo recogido en una coleta, iba refunfuñando por la incompetencia del jefe de almacén, al que encontró tranquilamente sentado, comentando con el mozo el último video más visto de youtube.
Ni siquiera saludo al entrar, tal vez si lo solucionaban rápido todavía llegaría a tiempo de ir al cine con su novia, siempre se estaba quejando que llegaba tarde y que debería plantarse delante de los jefes y exigirles que cumpliesen con los horarios estipulados en el contrato ó que si no los denunciaría a comisiones. Él por supuesto le daba la razón en todo, pero cada día salía más tarde y no se quejaba a nadie.
- Mira Santi, acércate, te vas a descojonar de risa.
En la pantalla se veía a un conductor intentando aparcar, tal vez en otro momento no le hubiese importado echarle un vistazo pero no quería pasar la tarde del viernes discutiendo de nuevo por su larga jornada de trabajo.
- Tenemos otra reclamación de Pharmipen, por lo visto has mandado mal la remesa de Alemania, nos la devuelven a cobro revertido. El lunes estará aquí, pero ahora tenemos que mandársela correctamente, urgente, hoy mismo. Mientras que tú preparas el pedido, voy llamando a los de envíos para que pasen a recogerla.
- Le mandé lo que pidieron, lo revisé varias veces y estaba todo correcto.
Lo mismo de siempre, como los del almacén no salían hasta las ocho les daba lo mismo perder el tiempo con disputas, por eso había bajado directamente en vez de llamar por el teléfono interno de la empresa.
- Pues según los de Alemania faltaba uno de los componentes que esperaban recibir.
Raúl le explicó que lo único que faltaba era lo que desde la central habían enviado unos días más tarde de la expedición, él ya se lo había advertido a Blanca, su contacto de Pharmipen y ésta le había dicho que lo mandase sin el material faltante, que no era importante.
- Lo están reclamando ahora, así que hay que mandarlo
El mozo de almacén que había desaparecido desde que oyó lo del pedido, asomó la cabeza por la puerta y se despidió hasta el lunes.
- Pero si te falta media hora para irte
- Si pero me tengo que ir, ya he pedido permiso a los jefes y me han dicho que puedo irme.
Santi elevó los ojos al techo, mientras Raúl intentaba convencer a su ayudante que se quedase para preparar el pedido, se distrajo imaginando lo que podían representar las numerosas manchas que habían ido apareciendo por la humedad. Diez minutos más tarde, Roberto salía por la puerta donde se entretuvo otro rato fumando y charlando con la recepcionista que no parecía oír el teléfono que sonaba estruendoso por todo el pasillo.
- Pues voy a tardar un rato, porque yo sólo ya me dirás- Raúl lo sacó de su distracción
- Llamo al jefe de transportes para que me mande algún conductor y te ayudo.
Como notó que iba a comenzar a quejarse de la falta de personal y de la desproporcionada cantidad de trabajo que tenía que realizar en relación a la mierda de sueldo que cobraba, Santi decidió que sería mejor subir y llamar desde el teléfono de su mesa.
- Espero a que vuelvas. Mientras voy a llamar a Blanca para que me explique lo que ha pasado y preguntarla si preparo el pedido entero o sólo lo que falta.
Decidió no perder más tiempo explicándole que si comenzaba él solo con el pedido terminarían antes.
Cuando llegó al despacho compartido, sus compañeros ya estaban poniéndose los abrigos, preparados para irse y comenzar su fin de semana.
Tardó más de cinco minutos en poder contactar con el jefe de transportes que comunicaba todo el tiempo.
- José soy Santi.
- Hombre Santi, ¿cuál es el colmo de una bomba?
- No sé, oye necesito que me mandes alguno de los chicos a la oficina.
- Venga ¿cuál es el colmo de una bomba?
- Reventarse de risa - al otro lado de la línea escuchó las carcajadas del de transportes.
- Lo siento tío pero no puede ir ninguno, en media hora acaban todos y si tienen que ir hasta el almacén, recoger, conducir hasta el aeropuerto y volver se salen de hora y ya sabes que los jefes no quieren pagar horas extras.
- Según la plantilla de horarios que tengo delante Cabecita sale más tarde y le daría tiempo.
- Se ha tenido que ir antes porque el perro por lo visto se ha comido algo en mal estado y tenía que llevarlo al veterinario para que le hiciesen un lavado de estómago
- Y no puedes decírselo a alguno de los otros conductores, así otro día salen antes.
José le explicó que sólo quedaban repartiendo el Bruto, que como Santi sabía había demandado a la empresa por acoso y Sebas que acababa de incorporarse tras ganar en un juicio su incorporación por despido indebido, tras haber robado unas gafas de sol, que como había quedado demostrado sólo había apartado del resto para que nadie las pudiese romper o sustraer.
Finalmente llegaron a un acuerdo, José llevaría el paquete pero Santi tendría que hacer unos informes que pensaba hacer el de transportes en ese momento y que tenían que entregarse el lunes sin falta.
Antes de bajar de nuevo al almacén, Santi decidió pasarse por la sala del fondo para ver si Teresa podía ayudarle, si le decía que no, tendría que llevarse trabajo a casa, e irse despidiendo del fin de semana en la sierra.
- Pasa, estaba terminando estas tablas y me voy a casa, ¿quieres que te acerque?, se te ha hecho ya tarde.
Le explicó lo que pasaba y por fin en lo que llevaba de tarde encontró una buena samaritana, más animado por la ayuda inesperada bajo al almacén donde encontró a José sentado en la mesa de Raúl, que se reía del chiste de la bomba.
- Jo, tío lo que has tardado, llevo aquí un buen rato esperándote.
- Bueno yo os dejo, me subo a tomar un café, cuando lo tengáis preparado me avisáis y no tardéis mucho que quiero llegar a ver el partido de baloncesto.
Raúl se puso a buscar en el programa de ordenador donde estaba ubicada la mercancía en el almacén, precisamente estaba en el pasillo del fondo, el que había tapado esta mañana porque los jefes le habían avisado que venía una visita y le habían ordenado que quitase todos los palets que no entraban en las estanterías, de la vista. Santi caminó por el frío almacén detrás de la maquina que conducía Raúl, mientras este le contaba su conversación con Blanca, sus pensamientos volvieron de nuevo a su novia, le había dejado un mensaje en el móvil diciendo que se retrasaría un poco.
En unos veinte minutos Raúl consiguió dejar un hueco por el que trepar estantería arriba y coger el material que había que enviar, estaba ya a la mitad cuando sonó el móvil.
- La jefa
- …si …estoy preparando un pedido urgente… si ya hemos preparado la alfombra de sus padres para que la lleven a la tintorería…¿ahora?…si… buen fin de semana.
Raúl bajó de la estantería y le dijo a Santi que se iba a recoger las aceitunas del olivo de la entrada, le indicó cual era la caja que tenía que bajar y desapareció por el pasillo. Nada habituado a ese tipo de trabajos, Santi trepó por encima de los palets intentando no apoyar su peso para no romper lo que estos contenían, un tornillo que sobresalía en la estantería se enganchó en su camisa y en el siguiente impulso que se dio para continuar la ascensión oyó como ésta se desgarraba, a varios metros del suelo, consiguió alcanzar la caja, en la etiqueta detrás de un código de números leyó la descripción: “BOLIGRAFOS”.
- ¿Qué haces ahí arriba? – era la voz de Sebas
Al mirar hacia el suelo lo vio con el Bruto a su lado, los dos se estaban riendo mientras le señalaban, Santi no se molestó en preguntar que hacían por allí a esas horas, intentó sacar la caja de su ubicación pero no se movía, le dio unos golpecitos por debajo, intentando que sobresaliese un poco por el frente para poder tirar de ella, pero seguía sin moverse ni un milímetro, con el siguiente golpe consiguió sacarla y ponérsela bajo el brazo, al menos no era muy pesada.
- Oye tío que nos ha dicho el Raúl que te digamos que hay otra caja igual a esa en el pasillo A en la estantería 1 y que esa está al alcance de la mano, que se le había olvidado- era la voz del Bruto, con la voz que reservaba para el que desde su punto de vista favorecía la opresión del empresario contra el pobre y desfavorecido trabajador.
Santi descendió con la caja bien sujeta, con cuidado de no resbalarse, mientras oía como los dos conductores seguían riéndose. Cuando ya sólo le quedaba un salto para llegar al suelo, la caja se rompió por debajo y todos los bolígrafos salieron despedidos.
- Tíos ayudarme a recogerlo ya que estáis aquí.
- Yo ya estoy fuera de horario y creo que tú también, lo que tenías que hacer es dejarlo ahí, que se jodan, que para la mierda que nos pagan bastante hacemos- otra vez la desagradable voz.
Sebas se agachó a recoger los bolígrafos sin decir nada, pero en su cara podía verse que estaba completamente de acuerdo con su compañero.
- ¿Cuál es el colmo de una bomba?
José acababa de aparecer detrás de un palet, como se aburría sólo, Teresa no había querido hablarle porque estaba liada con unos informes, había bajado para ver si estaba ya listo el pedido.
Nos contó a los presentes que ya se había enterado de porqué habían despedido al zoquete de Pedro, uno de los guardias de seguridad. Le había llamado el Polaco desde el otro almacén y le había dicho que unos amigos del dueño que dejaban la caravana en el parking de la empresa habían ido el día anterior por la mañana a recogerla y que Pedro había salido en calzoncillos a abrirles, les había gritado que haber que horas eran esas y que cojones querían. La mujer casi se había desmayado de ver al escuálido y mal hablado guardia, así que el marido había llamado al Jefe para informarle sobre la actitud de los empleados que tenía contratados. Como quería quedar bien delante de su amigo despidió ipso facto a Pedro, pero ahora tenían un problema porque por el sueldo que pagaba ningún guardia de seguridad titulado trabajaría en la empresa, así que le había ofrecido al de la limpieza darle cien euros más al mes para que hiciese unas rondas cuando acabase de limpiar los despachos.
Santi había terminado de recoger los bolígrafos ayudado por Sebas y se encaminó a la entrada del almacén donde estaban las bolsas para hacer los paquetes de diez que tenían que prepararse, ni se giró cuando oyó al Bruto llamarle pringado, chupapollas del opresor capitalista, mientras seguía fumando tranquilamente su cigarrillo echando la ceniza sobre los paquetes de folios allí apilados.
Raúl entraba en ese momento por la puerta del almacén cargando un cubo lleno de aceitunas, que dejó sobre una mesa y se fue a colocar los palets que antes había desplazado para poder sacar la caja para Alemania, Santi oyó como echaba la bronca a los de transportes por estar fumando en las instalaciones y las risas de estos como respuesta.
Había hecho unos cuantos paquetes, cuando oyó que Teresa bajaba por las escaleras metálicas que llevaban desde el almacén hasta su despacho. Ya había terminado los informes y los había enviado desde el ordenador de José al Jefe, aunque ya llevaba más de una hora fuera de horario cogió los bolígrafos y fue metiéndolos en las bolsas, mientras que Raúl que ya había acabado con los palets las iba sellando. Entre los tres acabaron en veinte minutos, cuando sólo quedaba un paquete sonó de nuevo el móvil del jefe de almacén, era Blanca de Pharmipen, había estado hablando con sus jefes y consideraban excesivo el precio por enviar el paquete urgente a Alemania, así que mejor se enviaba el lunes ya sin prisas porque realmente no necesitaban los bolígrafos de forma inminente, eran sólo detalles que se daban a los clientes y como habían recibido calendarios y agendas se podían apañar los teutones de momento.
Santi, Teresa y Raúl se echaron a reír y terminaron el último paquete de bolígrafos que les quedaba por hacer, los transportistas aparecieron fumando por el pasillo atraídos por las risas.
Raúl les contó lo que había pasado, el Bruto aprovechó para soltar otra de sus diatribas, José para encenderse otro cigarrillo y Sebas para recoger unos papeles que había por el suelo y echarlos al cubo de la basura.
A través de la cristalera en la oficina de Raúl vieron al de la limpieza armado con su escoba para hacer la ronda, lo que provocó nuevas risas. Entre todos, incluso Bruto colaboró, aunque ya estaba fuera de hora como repetía cada minuto, recogieron y barrieron la entrada del almacén, apagaron las máquinas y pusieron a cargar la batería del traspalet, después ayudaron a cargar a José el cubo de aceitunas en su coche, era prioritario que las aceitunas fuesen llevadas a casa de la Jefa porque iba a rajarlas y ponerlas a remojo esa misma noche y no podía esperar ni un minuto más.
Como el coche no arrancaba, Sebas que tenía que ir a hacer un servicio de entrega urgente, para el que había llamado personalmente el Jefe, había aceptado pagar horas extras, lo empujó con el camión. Por la ventanilla del coche oímos a José que hablaba por el móvil:
- Que sí cariño que ya estoy llegando a casa…. Si, si ya sé que hace dos horas que debería haber salido
Su voz se fue alejando por la carretera del polígono industrial.
El Bruto aprovechó que sus compañeros de batalla se habían ido para subirse en su coche y desaparecer por la cuesta., antes de tener que ayudar en algo más.
Teresa le preguntó a Santi si le acercaba a casa, pero Santi prefirió ir andando, sólo eran veinte minutos, así se despejaría, se despidió de Raúl que ya estaba arrancando su moto y calándose el casco..
- Hasta el lunes aceitoso- le gritaba Teresa desde el coche, Raúl levantó la mano para decirla adios.
Santi iba caminando cabizbajo por la acera, pensando en los numerosos baches que lucía la carretera, cuando los faros de un coche le deslumbraron, era el Polaco que venía desde el otro almacén a traerle una carta que se había traspapelado entre los sobres de las nóminas que le habían llevado esa mañana.
- ¿Te has enterado de lo de Pedro?
- Sí, algo le he oído contar a José
Aún así el Polaco le repitió la misma historia que ya había escuchado esa misma tarde, añadiendo algunos detalles que a Santi le parecieron que debían ser de cosecha propia. Estaba seguro que cuando llegase el lunes a trabajar posiblemente los calzoncillos hubiesen desaparecido y que el guardia se estuviese tirando en el almacén a la mujer del Jefe, quien había ido a buscar aceitunas y había vuelto con un saco lleno de bolígrafos.
- Tío, ¿te llevo a algún sitio?
Santi declinó de nuevo la oferta, si lo pensaba bien no tenía ningunas ganas de volver a casa para discutir con Paula. Mientras decidía a quien llamar para tomarse unas cervezas, el coche del Polaco pasó por su lado a toda pastilla.
Mientras seguía pensando quien podía estar libre, abrió descuidadamente el sobre que le acababa de dar, en su interior había un folio doblado por la mitad, Santi lo desdobló:

Empresa Lujazo
13 De mayo del 2009
Estimado Señor:
Santiago Fernán de los Santos
Debido a que se ha advertido la disminución continuada y voluntaria de su rendimiento laboral normal…

Santi no continuó leyendo, hizo un gurruño con el papel y lo tiró en la primera papelera que encontró, una sonrisa de alivio cruzó por sus labios.

Corona de laurel


He estado reflexionando sobre el relato de Brujilla “Con perseverancia…”, aunque sus historias parezcan sólo anécdotas divertidas, no dejan de tener un trasfondo de enseñanza popular que deberíamos tener en cuenta más a menudo.
Perseverancia, esfuerzo, constancia…sí, está muy bien, pero me pasa un poco como cuando decido preparar pollo en pepitoria, (me encantan los símiles culinarios, ehm, no Ayesha, “Un guiso especial”, es sólo un relato) tanto tiempo cocinando y cuando te pones a saborearlo resulta que te gusta más el pollo al horno que lleva mucho menos trabajo y esfuerzo.
Hay veces en la vida que te enzarzas en una lucha a brazo partido, todo empieza como un juego, pero en algún momento pasa a ser algo más y de repente te encuentras lanzando gritos de guerra …..alalalalai… y dando estocadas a diestro y siniestro, peleando a vida o muerte.
Lo peor es cuando ni siquiera hay nada que ganar salvo tu cordura, en mí caso, no habría nada que ganar, lo único importante es no perder. Hay un momento, siempre antes o después llega el instante en que eres consciente de que te has metido en una rosaleda de la que lo único que vas a conseguir es salir cubierto de espinas. Con un poco de suerte te las sacarás todas, pero si no tienes cuidado alguna de ellas se puede introducir bajo la piel, y acabará infectándose.
Ese momento, es el idóneo para decidir si entregas tus armas o te lanzas desbocado con tu pica en alto, hasta que te descabalguen de un golpe, ahí hay otro momento, puedes quedarte tirado sobre la tierra o puedes sacar tu espada y seguir luchando, intentando conseguir la victoria.
Si pierdes, tu vida depende de la benevolencia del ganador, puede sentir compasión y dejarte arrastrando tu vergüenza por haber sido vencido o puede decidir dar la estocada final, en cualquier caso ya no depende de ti. Lo único que puedes hacer es aceptarlo con un poco de dignidad y mirar a los ojos al que tiene en sus manos tú destino, aquí no hay opción que valga, siempre hay que mirar de frente, tú elegiste luchar pues entonces no vale mirar de reojo o llorar pidiendo clemencia, no hay que inclinar la rodilla, no hay que tener miedo, luchaste y perdiste. Mejor busca su respeto y no su compasión, esa es una dura carga de llevar.
También podría suceder que fueses el ganador del torneo, pero si lo piensas bien, que es lo que ganas, la mano de una doncella que ni te interesa ni quieres, lo aplausos de un público que minutos antes te lanzaba tomates. Ganador de elogios falsos, con la carga de tener que alimentar, cuidar y respetar a una desconocida.
En fin, que no sé muy bien si en algún momento puedes ganar de verdad, así que yo creo que se acabaron las batallas campales para mí.

jueves, 27 de mayo de 2010

HOLA


Queridos lectores del blog,
he estado ausente del mismo una semana ya que las artes del teatro y de la literatura me han mantenido muy ocupada, pero prometo escribir algo que merezca vuestra paciente espera.
No obstante la prolífica Posedeia ha suplido con creces mi ausencia y que decir de mi querida brujilla y sus desternillantes historias...
Lo dicho os dejo tan solo un momento para poder volver a la carga en breve.
Vuestra
Ayesha

Un mensaje en el móvil



Había terminado de meter en cajas todos los trastos para la mudanza. Me tumbé en el sofá a descansar un rato, hasta el día siguiente no vendrían a llevarse los muebles y tenía toda el día libre para hacer lo que me apeteciera.
Debería haber dejado algún libro fuera, pero lo había pensado tarde y ahora no recordaba las cajas en las que los había puesto. Las tenía que haber rotulado pero la idea también había llegado a destiempo.
La televisión estaba precintada, al menos tenía el móvil lleno de canciones con las que entretenerme.
Si me quedaba mucho más tumbada, se me pasaría la tarde sin haber hecho nada. Fui a darme una ducha para reactivarme, después llamaría a algún amigo para ver si venía a darse una vuelta conmigo.
Cuando estaba bajo la ducha, la música se interrumpió un momento, anunciando la entrada de un mensaje…sería la empresa de móviles con alguna oferta.
Con el agua todavía corriendo por mi cuerpo, me envuelvo en una toalla y le doy a la tecla de reproducir el mensaje, nunca suele ser nada importante pero soy incapaz de esperar.
Lo miro un poco extrañada, no es una oferta, tampoco es ninguno de mis amigos, no reconozco el número, parece un video le doy a reproducir:

...hay una mujer castaña guapa pero sin cara de guarra un poco más mayor de lo que generalmente son en este tipo de videos, con un cuerpo estupendo pero no perfecto, las tetas las tiene grandes y parecen suaves, con los pezones también grandes...
Lleva recogido en la cintura un vestido negro, tiene puestos también unos zapatos negros de taconazo y un tanga negro...entonces se pone a cuatro patas sobre la cama y un hombre con el pelo un poco largo con entradas, rubio, vestido completamente , le va quitando el tanga lentamente... mordiéndose el labio como diciendo: te lo voy a comer todo.
Cuando termina de quitárselo ella se gira y él se coloca entre sus piernas, parece que va a ir a comerle el coño directamente, pero sube, se lamen un poquito y se dan un beso, todo esto mirándose a los ojos y sonriendo...entonces ya sí, él baja y comienza a lamer el coño, mientras ella empieza a poner morritos y se coloca la almohada para estar más cómoda...
Ella está abierta de piernas y él lamiéndole el coño, recreándose, mientras que la lame, la mete un dedo, mientras que lo mete y lo saca, chupa con lamidas rápidas y cortitas...ella mientras se toca un pezón de sus tetas redondas y suaves...
Se nota que de vez en cuando él sorbe tomando un poco de piel entre sus labios...el dedo sigue entrando cada vez más profundo, a veces para unos segundos, a mirar como entra el dedo en el coño que está ya húmedo...ella le toca la mano de vez en cuando, él la apoya en el interior del muslo completamente abierto, para después pasar a agarrarse las dos tetas con fuerza, estrujándolas con sus manos que no abarcan toda la superficie de los pechos
Ella ya empieza a poner caras de me muero del gusto y como me lo está comiendo este cabrón de bien...agarra con fuerza las sabanas y empieza a moverse, mientras él la sujeta, con una mano sobre el vientre para que no se le escape el coño de la boca...
Él empieza a intercalar las lamidas cortas con otras más largas y estira una mano para coger una de las tetas, mientras mira a ella o a la teta...ella le aparta el pelo de la cara...entonces él deja de chupar y la mete de nuevo un dedo, mirándola a la cara, como diciéndola: te gusta eh, putita? y la otra pone cara de: me corro del gusto de como te lo estás montando...y le sonríe, mientras el agarra de nuevo la teta...
Le agarra fuerte del pelo y lo mira, ahí sí con cara de zorrón que a él le indica que ha llegado su momento...así que se quita la camisa y los pantalones...él la acaricia el pelo sin brusquedades, no hace falta porque ella ya sabe lo que tiene que hacer...se la empieza a chupar, pero después pasa a frotarla con la palma de la mano arriba y abajo, pero disfrutándolo, como si nunca hubiese tenido entre sus manos nada más valioso...
Se empieza a dar golpecitos con la polla en el pecho y ha meter el capullo entre medias de las dos tetas...después le chupa el capullo, mientras la mano sube y baja a lo largo de toda la polla...él la sujeta el pelo, pero para apartárselo, no para hacerla daño...ella continuamente le mira y sonríe para que él vea cuanto le gusta darle placer...
Después ya por fin le mete la polla entera entre las tetas y comienza a restregarla arriba y abajo...todo esto mirándose y sonriendo...ella le toca el torso para demostrar que la pone pero que mucho...después empieza a chupársela de nuevo, pero bien, de arriba abajo, tragándosela, lamiendo el capullo, dándose golpecitos con ella en la mejilla y en los labios...
Se la come un ratillo entera...
Después pasa a otra escena él está tumbado en la cama y ella está sentada de espaldas con la polla metida en el coño.
La tía tiene un cuerpo precioso, con las tetas bien puestas, morena, sin marcas de bikini por ningún sitio, vamos que toma el sol desnuda, porque no parece moreno de rayos uva...
Arriba abajo, arriba abajo...él tiene las manos en las caderas para ayudarla mientras impulsa las caderas hacia arriba para metérsela aún más...los muslos de él golpean contra las nalgas de ella haciendo que los pechos de ella y todo su cuerpo se agite...
Ella tiene la cabeza inclinada hacia atrás, a veces la echa hacia delante y cambia de posición las piernas para no cansarse y poder seguir impulsándose cada vez más rápido...mueve las caderas en movimientos circulares...de nuevo bota sobre la polla que tiene clavada...las caras son en todo momento de me lo estoy pasando de vicio, pero no guarras...lo pechos rebotan con cada nueva subida y bajada...a veces ella se arquea completamente su espalda hacia atrás para poder apoyarse sobre el colchón o se agarra un tobillo, para descansar un poco y poder seguir arriba y abajo...
Va poniendo caras de hostias me muero de gusto, a veces hasta se la quedan los ojos en blanco...se agarra la teta y sigue arriba y abajo...se apoya sobre los muslos de él y comienza a moverse hacia delante y hacia atrás...la cabeza ya le va de un lado a otro con la cara completamente en éxtasis...él continua cada vez más rápido desde abajo...
Se mueve de nuevo circularmente, ya con los huevos pegados completamente a ella...él la agarra del culo y la baja y la sube...se les nota ya un poco cansados y con el sudor corriendo por sus caras...él la tiene ya roja y con cara de poco más aguanto...
Cambian de escena...ella está a cuatro patas sobre la cama y él la mete la polla de golpe y comienza a embestirla haciendo que ella se agarre a las sabanas...él tiene las manos apoyadas sobre el culo para darse un mayor impulso...ella está girada un poco, mirando de reojo al que se lo está haciendo pasar de lujo...le dice unas cuantas guarrerías, pero no muchas, por animar más que nada, porque ya tiene bastante con lo que está sintiendo dentro de ella una y otra vez...
Sigue dale que te pego sin tregua, dando de vez en cuando algún azote, pero suave, sin hacerla daño...va rápido, después lento...la coge del pelo y tira de la cabeza hacia atrás...ella ya tiene la espalda completamente arqueada, si la duele, es mayor el placer que el dolor...
La suelta del pelo y la coge de los brazos...sigue follándosela lentamente pero más profundo...después rápido...ella ya con cara de dios mío no puedo más, pero sigue no pares...se la mete hasta el fondo ya cada vez más lento hasta que ella se echa hacia atrás acariciando la nuca del hombre...él la abraza agarrándola las tetas...la besa el cuello...la comienza a masajear el coño...
Aparece el vecino dando hostias en la puerta por el ruido que están montando, pero estos a lo suyo...ahora está ella tumbada en la cama, con una pierna flexionada mientras él está tumbado de lado metiéndosela hasta el fondo mientras se miran a la cara...
Ella se acaricia a veces el pecho y se pone la mano sobre el vientre, pero sin tocarse el coño, sólo para sentir mejor en su interior la polla que la está taladrando sin piedad...ahora ya si se toca el coño moviendo los dedos de forma circular, se chupa los dedos y vuelve a tocarse...
Los dedos de ella se mueven rápidamente adaptándose al ritmo de la polla que una y otra vez se impulsa en su interior...está ya con cara de cadena de orgasmos continuados...él la estira la pierna completamente para poder si eso es posible metérsela aún más...ella ya está en otra dimensión...ha comenzado a masturbarse arriba y abajo ya la falta cero coma para correrse a lo bestia...
Cuando él nota que tiene el orgasmo se la mete aún más profundamente para dejar que lo disfrute...pero enseguida comienza un mete saca más rápido...ella ya está completamente abierta, con los brazos abiertos agarrando las sabanas y las piernas abiertas para que se la sigan follando...de nuevo él la agarra una teta...
Ella le mira pensando: hay que joderse como se lo hace el amigo...él, para un segundo para tocarla el coño con el dedo como haciéndola cosquillas...para después pasar a los movimientos circulares y a comenzar de nuevo a penetrarla...de nuevo el vecino dando hostias en la pared para que se callen...
Cambio de escena...está ella chupándosela lentamente...de arriba abajo...deleitándose....lamiéndola...tocándola...mirándola como si fuese lo mejor que ha visto y probado en la vida...se la mete de nuevo en la boca...se la saca para mirar al tío que está ya a punto de caramelo...
Se corre en su cara...ella abre la boca para atrapar la leche y le mira como diciéndole: dámela toda cabronazo que me la he ganado...

Estoy que exploto con el video, ya sé que voy a hacer esta tarde, pero primero voy a llamar al desconocido para darle las gracias.

martes, 25 de mayo de 2010

Gente del barrio


De camino a comprar el pan, una pistola blanca poco cocida, como les gustaba a sus padres, fue cruzándose con los vecinos del barrio, lo conocían de toda la vida, como continuamente le recordaban:

- no tenías ni un año cuando ya andabas corriendo de un lado a otro con tu camión de bomberos rojo

No sabía lo que había sido de aquel camión, seguramente su madre se lo habría regalado a alguno de sus primos, esos renacuajos seguro que ya lo habrían destrozado, como hacían con todo lo que caía en sus manos.
La señora Matilde cargaba con pesadas bolsas, cogió la mayoría dejando sólo a su vecina las que le parecieron más ligeras, tendría que ir en sentido contrario a donde se dirigía pero el ascensor estaba estropeado y la señora vivía en un tercero.
Esa maldita mujer llevaba más de cuarenta años haciendo la compra y todavía no conocía los beneficios de un buen carro, las asas de plástico de las bolsas se clavaban en las articulaciones de sus dedos, cualquier día le tendrían que amputar alguno de ellos por falta de circulación.

- gracias hijo, que buen chico eres, no como esos vándalos del cuarto, seguro que tienen algo que ver con lo del asesinato – la mujer hablaba en susurros, dirigiendo la mirada hacia el techo, como si pudiese ver lo que en aquel momento estaban haciendo los vecinos.
- ¿qué asesinato? ¿a quién han matado? – estaba un poco intrigado, su barrio era muy tranquilo y nunca pasaba nada
- Nada, nada, olvídalo, eres muy joven para estar preocupándote por estas cosas- le cerró la puerta en la narices, dejando cinco céntimos en su mano agarrotada.

Bajó los escalones de dos en dos silbando la tonadilla de la peli “El puente sobre el rio Kwai” que su padre estaba viendo anoche, como está medio sordo, pone la televisión a tal volumen que es imposible dormir hasta que él no se va a la cama, había probado a ponerse tapones en los oídos pero no servía de nada.
Cuando salió de nuevo a la calle, pudo distinguir al final de la acera, las luces de la policía mezcladas con las de una ambulancia. Faltaba todavía un rato hasta la hora de comer, así que tenía tiempo de ir a echar un vistazo.
Los chavales pequeños intentaban ver algo a través de los abrigos de los adultos que rodeaban la escena del crimen, cometido por los vecinos del cuarto según la señora Matilde.
Entre los observadores estaba su tío Paco, que cuando lo vio le mandó al bar del “tranqui” a por tabaco, dándole tal cogotazo que casi lo hizo caer de bruces.
Era raro ver aquel sitio tan vacío un sábado al mediodía, debían estar todos mirando el espectáculo, el camarero estaba al final de la barra y aunque le vio nada más cruzar la puerta se tomó su tiempo para recoger el mando de la maquina de tabaco y dar al botón.
Su abuelo estaba sentado en una mesa del fondo y le hizo señas para que se acercase, se estaba tomando un vino y una ración de caracolillos.

- ¡abuelo! Que mama luego se enfada porque no quieres su comida y además ya sabes que el médico te ha prohibido beber alcohol.
- Si ya tengo 80 años, hijo, aunque las palme hoy no me voy a perder mucho más, y tú a tu madre ni mu, que se pone muy pesada
- Abuelo, ¿sabes lo que ha pasado? – el chico miró hacia la calle, que cada vez se iba llenando más.
- Han matado a un chaval del barrio, no sé si lo conocerás porque era mayor que tú, es el sobrino del carnicero, el que tenía a la madre en el hospital porque se cayó el otro día pintando la terraza.
- Hombre, Aurelio, tanto como caerse, lo que es, es que se tiró por no aguantar al borracho del marido – el camarero se había acercado con otra ración, esta de calamares.

El chaval cogió el paquete de Ducados y fue a llevárselo a su tío antes que viniese él mismo y le diese otro pescozón, se abrió paso entre la gente que se amontonaba alrededor de la cinta amarilla que había colocado la policía para impedir que pasasen.

- le han matado a tiros – el de la óptica intentaba mirar por encima de las cabezas de los que estaban delante
- que va, a ver si te gradúas la vista, no ves que le han cosido a puñaladas

Consiguió llegar hasta su tío que estaba en primera fila hablando con el frutero, comentaban los posibles sospechosos que iban desde el propio padre del chico muerto, a una banda de rumanos que paseaba últimamente por un barrio vecino.
Miró con ansiedad hacia donde se dirigían todos los ojos de los presentes, pero sólo vio un bulto bajo una tela manchada de sangre, por una de las esquinas sobresalía una mano inmóvil y muy pálida, uno de los policías que pasaban cerca del cuerpo la empujó un poco con el pie para que quedase oculta con el resto del cuerpo.

- el abuelo dice que es Kiko, el sobrino del carnicero, ¿tú lo has visto? – su tío observaba con aire de csi la escena del crimen mientras echaba humo por la nariz.
- Si que es él, mira allí está su tío hablando con uno de los inspectores – señaló hacia la esquina de la calle, donde estaba el pobre hombre con su delantal cubierto de sangre, intentando contener las lágrimas mientras contestaba a las preguntas que le hacían.

Colocaron el cadáver en una camilla y lo introdujeron en la ambulancia. Al no tener ya oportunidad de ver el muerto la gente comenzó a despejar el camino, su tío lo cogió por el cuello y lo arrastró al bar.
Su abuelo le había dejado unos cuantos calamares, sabía que en casa hoy había potaje y que él lo odiaba, se sentó en la mesa para escuchar lo que tenían que decir sobre el crimen.
Su tío pensaba que era cosa de alguna banda organizada.

- si sólo hay que ver como vestía y esos pelos y todo lleno de piercings, se metería con quien no debía y claro pasa lo que pasa
- pues yo creo que ha sido el padre, ya sabéis que cuando bebía mucho se le iba un poco la mano – el óptico había cerrado y se acercó para escuchar los chismes que había sobre el suceso
- o sea todos los días – Juan, el frutero, no tenía pelos en la lengua

Continuaron con las diferentes hipótesis, ni siquiera estaban seguros de cómo lo habían matado, con arma de fuego, con una pistola, uno hasta apuntó que había recibido un flechazo.

- a ver si ahora nos van invadir los indios como en las películas de vaqueros

El abuelo se levantó después de un rato y se llevó al chaval para que le acompañase en su paseo, aprovecharon para comprar la barra de pan y otra más para echar de comer a los patos del estanque.
Se acercaron caminando lentamente hasta el parque, donde se veían a los niños subiendo al tobogán, columpiándose, corriendo y jugando al fútbol, mientras que sus madres charlaban en corrillos o leían algún libro sentadas en la hierba.
El banco preferido del abuelo estaba libre y se sentaron a descansar, mientras el chico cerraba los ojos, levantando la cabeza para recibir todo el sol que pudiese , el invierno había sido muy duro y quería aprovechar el calor derramándose por su rostro.
Su abuelo mientras tanto cortaba trozos de pan y se lo echaba a los patos y a los pájaros que raudos se acercaron volando en busca de su parte del festín.
Estaban los dos en silencio, cada uno pensando en sus cosas. El chaval recordaba como al volver de la discoteca esa noche se había encontrado a Kiko vagando por la calle, colocadísimo de alguna guarrería que se había metido, como se había reído de su camiseta y como había dejado de reír cuando le asestó una única puñalada en el corazón.
Al sacar la navaja la sangre salió a borbotones, salpicando la camiseta que tanta gracia le había hecho al imbecil, que ahora tumbado en medio de la calle, con los ojos vidriosos, ya no reía.
Una especie de venganza póstuma, tendría que tirar la camiseta a la basura, ya no serviría de nada y era de idiotas quedarse con una prueba tan evidente del crimen.
Su abuelo había terminado de alimentar a los pájaros y ya era hora de ir a comer, se apoyó sobre su nieto al levantarse dando gracias que no hubiese sido él el muerto, era muy buen chico aunque a veces no sabía muy bien en que estaba pensando y le resultaban un poco extrañas algunas de sus aficiones, pero así era la juventud de hoy en día.

lunes, 24 de mayo de 2010

Días de vino y rosas


Después de la tempestad llega la calma
Tranquilidad más preciada por la tormenta pasada
Momentos dulces que hay que aprovechar
porque en cualquier momento se desencadenará un temporal,
que hunda barcos, arrastrándolos hasta el fondo del mar.
Los extremos opuestos se atraen,
¿pero que ocurre con los extremos y los medios?
No pensemos en ello,
Vivamos lo que nos ofrece el día
Sin pensar en el mañana
Sólo existe el hoy,
ni pasado, ni futuro.
dejemos de ser tú y yo,
saboreemos unos días más la paz establecida.

Tomando…algo


Después de tres semanas lloviendo sin parar, luego dicen que no llueve, por fin sale el sol. El cielo está despejado, no hay ni una nube, corre una suave brisa.
Hoy si que voy a poder tumbarme a tomar el sol. Tras tanto tiempo sin que mi piel reciba ni un poquito de los rayos solares, mi color es de un blanco lechoso. Para conseguir un moreno digno, tendría que untarme por lo menos cinco botes de crema autobronceadora.
Los solarium no los puedo usar, no tendría un tostado, sino que parecería un cangrejo de río cocinado con tomate y encima acabaría mudando la piel como las serpientes. Tiras y tiras largas y anchas, eso claro sin contar las ampollas y dolores durante unos cuantos días.
Preparo algo rápido de comer, tengo que aprovechar éste fabuloso día. Una ensalada y unos filetes, más que suficiente, hoy voy a trabajar ligera. No me va a pesar, ni a dar sueño la tripa llena de comida. Cuando hace malo y no puedo salir es lo que hago comer y comer.
Voy al cuarto, cojo el bikini y me lo pongo raudo y veloz, no hay segundo que perder. Ni tan siquiera me depilaré, aunque los pelos son tan largos que parezco Bob Marley, pero como me pongo en la terraza de mi casa, nadie me va a ver y si así fuera me daría lo mismo, si quieren que se animen a hacerme rastas.
Saco el cojín de la hamaca para estar más cómoda, van a ser tres horas muy intensas. Me unto todo el cuerpo con crema solar y me tumbo, ¡qué felicidad! Los calidos rayos alcanzan mi piel, siento un gran bienestar. Soy como un pollo al horno, vuelta y vuelta.
Comienzo a sentir como mis poros empiezan a sudar,es el calor, hasta que noto que las gotas que corren por mi piel son demasiado frías, abro los ojos y lo que yo creía sudor no es más que la diluviada que me está cayendo. A tomar por culo, otra vez lloviendo. Todo mi gozo en un pozo.
Que se joda el tiempo. Después de tanto preparativo, aunque sea tomaré la lluvia. Seguramente me pille un gripazo del tres, así que en cama, eso sí las ganas de comer volverán. Cuando me recupere llamaré a los albañiles para que me hagan las puertas más anchas.

domingo, 23 de mayo de 2010

Carne al oporto

Hace tiempo que no hago ninguna irreflexión y ya toca, que no es cuestión de volverse loco uno solo, cuando puedes hacer que sean los de alrededor los que pierdan algún tornillo.
Estaba comiendo uno de mis platos favoritos, cuando me he dado cuenta de que no sabía igual que siempre, estaba bueno pero había algo diferente. He preguntado y resulta que se había cambiado el tipo de carne, por una supuestamente mejor y más cara, buscando mejorar la receta.
Entonces me he dado cuenta de que ese tipo de cambios y busqueda de mejoras se pueden aplicar a la forma de vivir que tenemos en una sociedad llena de insatisfacciones y deseos no realizados.
No está mal que intentemos mejorar, cambiar lo que no nos gusta, y no debemos conformarnos sólo con lo que se nos ofrece, pero a veces cambiamos tantos ingredientes que acabamos comiendo un plato de pescado y encima nos extrañamos de que ya no sea lo mismo.
Con las relaciones pasa eso, se tiene algo perfecto, casi ideal, pero tú quieres más, más ¿qué? no te das cuenta de que sólo puede empeorar y si te das cuentas, te da igual porque ya no dejas de pensar en como sería, la parte autodestructiva de tú personalidad te empuja ha intentarlo y aunque ves con cada pequeño nuevo paso que no va a salir nada bueno, continuas como si quisieras liberarte de algo que crees que no mereces o peor aún si eres un soñador, imaginas que al final todos felices y contentos y a comer perdices.
Por más vueltas que le des, siempre llegas a la conclusión de que hay que intentarlo, porque mientras que en otros aspectos de la vida los que te rodean te piden precaución, en el terreno sentimental pues ya se sabe, ¿quién no ha oido? el no ya lo tienes, arriesgate, no tienes nada que perder y un largo etcetera de animos hacia lo que será con toda probabilidad un error. Porque no nos engañemos si estuviesemos seguros, no nos haría falta preguntar la opinión de nadie, nos lanzaríamos por el precipio aún sin alas, nadie sabe, ni conoce mejor que tú el terreno que estás pisando, pero cuando uno se quiere suicidar no hay nadie que pueda frenarlo.
Mi sitio elegido es Cabo Sounion, al que esté todavía a tiempo que lo vuelva a pensar, al que no, le hago un hueco a mi lado.