Te has hecho de fuego, amor,
quemándome por dentro,
mis deseo consumiste,
en la hoguera de tu distancia.
Solo quedan ya cenizas,
de aquellas soñadas pasiones,
que nunca llegaron,
a consumarse.
Echaste sal en mis heridas,
y aún me escuece tu engaño,
pero quedan todavía las brasas,
como candente anhelo, que da calor a mi vida.
.