I
Acércate a mi recuerdo,
siéntate, descansa,
prende la llama en tu corazón,
y enciende mi hoguera.
Fuera llueve y anochece,
pero dentro está templado, luminoso,
el vino y la literatura,
llenan nuestras copas.
Refléjate en mis ojos,
quiéreme un poquito este día, al ocaso,
prometo no defraudarte,
miles de deseos voy a colmarte,
tú solo déjate llevar.
El viento nos despeina fuera,
juntos caemos entre la hierba,
la pasión contenida nos enerva,
mien
tras un castillo templario nos alberga.
-Ávidos, apuramos el dulce licor del amor-
II
De vuelta a Madrid detienes el coche,
la oscuridad oculta tu secreto,
las estrellas techan nuestro improvisado lecho,
desbordados, nos amamos de nuevo.
Después me duermo y sueño contigo,
sonriente, quizás te recreo,
tú me contemplas extasiado,
notando quizás, cierto cosquilleo.
-La noche sigue brillando mágica en Medinacelli,
pide tu deseo-