jueves, 29 de diciembre de 2011

LA LUZ DEL CONOCIMIENTO

Cuando un buen discurso te sorprende,


te das cuenta de que no todo está perdido.



Una tertulia inesperada en un café,

a una hora temprana,

donde tan solo eres un espectador,

un oyente afortunado,

que disfruta de un buen discurso,

y de una sensual voz, que entona,

mientras deleita, por su coherencia.



Hay muchos niveles de elocuencia,

incontables puntos de vista,

aunque seamos todos del mismo barro,

los niveles de inteligencia, ocupan distintos lugares,

y pueden darse tanto los desencuentros,

como los momentos sublimes,

depende de quien nos acompañe.



Pero cuando escuchas y sientes,

el corazón habla por ti,

la persona trasciende,

y aparece el genio que la anima.



“Levántate y anda”, dulce intelecto,

regálanos en esta fría mañana,

un rayito de luz,

un rayito de esperanza,

que anime, la luz del conocimiento