viernes, 23 de abril de 2010

Romántica

Los que habeis tenido algún día tonto y romanticón podreis entender esta entrada, los que no lo habeis padecido, pues decidid vosotros mismos si quereis escuchar unas cuantas canciones de esas que cuando estas enamorado te parecen maravillosas y cuando estas en la etapa del desamor te dan ganas de cortarte las venas.
Comencemos con una de las que a cualquier chica le gustaría que se la cantasen al oido (borrachuzos abtenerse)



Atravesar, cabalgar, lo que haga falta por estar al lado de esa maravillosa criatura.

No puede faltar el romántico por naturaleza. No os parece que Eros se está poniendo interesante con los años.



!Ay¡que bonita canción, me traslada a lugares de ensueño donde se puede tocar el cielo con las manos.
Ahora una de traca, me pone los pelos de punta cada vez que la escucho, sí no os riáis que yo también tengo mi pequeño coranzoncito.



Pedazo de voces. Volver a escucharla... ahora, notáis los escalofrios por la espalda, la carne de gallina, eso es que estáis enamorados, aunque no lo sepáis. Algo o alguien hace que vuestro corazón palpite con fuerza.
En este repaso no podía faltar mi canción favorita, esa que por muchos años que pasen en cuanto escuchas los primeros acordes te recuerda tu primer amor.



Hay tantas canciones que podría poner pero creo que con una más de momento es suficiente, que mañana es lunes y hay que ir con energía y no como almas en pena.



Hermosa sin lugar a dudas.
Creo que después de esto y para resarcirme escribiré otro de mis relatos festivos.

La víctima


Como cazadores al acecho de su presa los cuatro jóvenes olieron el aire cuando la chica de pelo negro pasó cerca de ellos.
Andaba deprisa por las calles desiertas y oscuras, parecía ansiosa de llegar a algún sitio seguro o tal vez un novio la esperaba en casa, preocupado por las altas horas de la madrugada.
El sonido de los cuatro pares de zapatillas contra la acera, hizo que aumentase el ritmo, no se giró para ver quien la seguía, sólo continuó andando cada vez más rápido, casi corriendo.
Los hombres comenzaron a llamarla, no contestaba a ninguno de los obscenos comentarios, continuaba andando, con la mirada al frente.
Se pusieron a su altura, casi rodeándola, por el momento no la tocaron, se limitaban a mirar su cuerpo ágil y delicado. Se fueron animando unos a otros, diciendo todo lo que les gustaría hacer con ella.
La joven apretó los labios y continuo su camino, sin que sus ojos negros reflejasen ningún sentimiento de miedo o temor.
Al torcer la esquina fue a dar a un callejón sin salida, se quedo unos segundos indecisa, sin saber que hacer.
La entrada estaba bloqueada por los cuatro hombres, que al ver a su trofeo atrapado se excitaron aún más. Se encamino resuelta al enorme muro de hormigón que obstruía la salida, el aire olía a orín y vomitos de borracho.
Un olor aún más fuerte de lujuria y depravación fue superponiéndose al propio del callejón.
La mujer estaba atrapada, pero su pálido rostro aún no revelaba alarma. Se volvió enfrentándose a sus agresores.
Se fueron acercando lentamente, ocupando todo el espacio, haciendo imposible cualquier intento de fuga. Reían impúdicos, disfrutando de antemano lo que pensaban hacer.
Sus mentes habían dejado atrás cualquier rastro de humanidad, preparados para comenzar el pillaje. Si ella hubiese podido leer en los ojos de los hombres, hubiese querido morir en esos breves segundos que transcurrieron antes de que se la echasen encima.
La aplastaron contra la pared, apretando cada uno la parte del cuerpo que le correspondía, una mano tapo la boca de la joven que en ningún momento había intentado gritar.
Su cuerpo seguía relajado. Los jóvenes creyendo que estaba dispuesta a satisfacer sus instintos la soltaron, decidiendo quien sería el primero en disfrutar de ese culo prieto que manoseaban lascivamente.
El jefecillo se autonombró primer explorador. La chica sonrió, sin mostrar aún ninguna intención oculta de evasión.
Mientras estiraba las manos hambrientas hacia los pechos, los otros se retiraron un poco, lo suficiente para dejar espacio pero desde donde pudiesen disfrutar del espectáculo.
Antes de ni siquiera rozar uno de los senos, la joven saltó sobre él. Los cuatro jóvenes jalearon.
Las manos se quedaron separadas en el aire, esperando juntarse en un ruidoso aplauso, la sangre se les heló en las venas.
Su amigo tirado en el suelo con la garganta desgarrada, se llevaba las manos a la herida abierta de la que brotaban chorros de sangre. Antes de que sus cerebros captasen lo que pasaba, otro de ellos voló por encima de sus compañeros con las costillas rotas por el impacto de una pequeña mano blanca.
Los que quedaban en pie echaron a correr, dejando a sus amigos en manos de aquella loca.
Antes de ir tras ellos, la joven se inclinó sobre el que yacía en el suelo sangrando por el cuello, se abalanzó sobre él y sorbió hasta la última gota de sangre.
Se levantó limpiándose la boca, mostrando dos colmillos tan afilados como agujas pero duros como diamantes.
Se acercó al muchacho que lloraba intentando alejarse de aquel monstruo que se reía de él, pidiéndole que hiciese todo de lo que había presumido hacia pocos minutos. Sin ninguna compasión, atravesó el pecho y le arrancó el corazón tragándoselo delante de su dueño que se agitó con sus últimos espasmos de vida.
Aún quedaban dos, escuchó, olió el miedo que iban dejando a su paso y elevó su cuerpo en el aire, para ir tras ellos.
Habían parado un momento en su carrera, pensando que estaban a salvo. La cabeza de uno fue arrancada con facilidad de su cuerpo, dio varios pasos antes de caer inmóvil para siempre.
Estaba llena de sangre, él otro sería reservado para el desayuno, de un golpe lo dejó inconsciente. Con una mano levantó a su víctima y se dirigió a su refugio a toda velocidad.
El sol comenzaba ya a asomar por el horizonte.

El paraiso


En la mesa del fondo había un grupo de hombres que parecía que se lo estaban pasando muy bien.
Con la mirada busqué a mis amigas que me hicieron señas desde la mesa más cercana a los alegres fiesteros. Sólo de pensar que debía pasar al lado de los chicos me empezó a palpitar el corazón y a sudar las palmas de las manos, deseé por una vez no escuchar comentarios, ni buenos ni malos, no quería oír nada sobre mi culo, mis tetas o cualquier otra zona de mi anatomía.
A unos pasos del objetivo, pude distinguir el brazo del que se sentaba en la esquina, era tan musculoso y grande como mi muslo, el dueño de semejante arma volvió sus ojos hacia mi al sentirse observado, unos ojos azules enormes que hipnotizaban, uno de sus amigos comenzó a darle codazos sin ningún tipo de disimulo, al lado del coloso parecía un chaval de quince años, aunque era evidente que doblaba esa edad, el eterno adolescente, con una mirada verde y la sonrisa del que se sabe guapo.
Evité prestar atención a las palabras que me dedicaron y me senté con mis amigas que descaradamente intentaban ligar con los vecinos, ya habían hecho su elección, cada una acorde a sus gustos.
Yo no tenía muchas ganas de juerga, a pesar de eso eché un ligero vistazo, además de los dos en los que ya me había fijado al entrar y los cuatro que ya habían sido declarados propiedad privada, quedaban varios más.
Cada uno a su manera eran todos muy atractivos, el más delgaducho sentado sobre el respaldo del sofá tenía un aire chulesco a lo James Dean, enormes ojos marrones, con una sonrisa burlona miraba a su alrededor mientras daba tragos a su cerveza y fumaba un cigarrillo tras otro, a su derecha se sentaba un gigante con aspecto de dios vikingo y a su izquierda el formalito del grupo, no parecía sonreír nunca, no le fuese a provocar agujetas.
Di un respingo cuando mis amigas se levantaron y fueron a sentarse entre los chicos, durante unos segundos permanecí sola en la mesa.
Sentada bajo el chulo, entre el adolescente y el borde me preguntaba porque en los breves instantes que tuve para elegir no había salido corriendo por la puerta del pub, distraída por los golpecitos que me daba una de mis amigas por debajo de la mesa, no me había enterado de lo que me estaban diciendo.
Estaban hablando de cuanto tiempo habían pasado sin sexo, mis amigas estaban muertas de risa esperando mi respuesta, una de ellas contestó por mí.
- tres años lleva, si no nos ha engañado en todo este tiempo
Todos volvieron sus ojos con la incredulidad en su mirada hacia mi,
- tampoco es tan extraño, no tengo pareja así que de hacerlo tendría que ser con desconocidos y aunque los hombres en vuestra gran vanidad os penséis Superman, la verdad es que la mayoría sois mediocres y para quedarme igual que estaba prefiero montármelo yo sola.
- ¿cada cuanto? – la voz me llegó desde encima de mi cabeza
- Cada cuanto ¿qué?
- Que cada cuanto te lo montas tú sola
Más miradas, debería haberme quedado en silencio, quien me mandaba meterme en estas conversaciones.
La voz sonó más cercana, los labios rozaron mi oreja, preguntando de nuevo.
- todos los días
Sonoras carcajadas hicieron que el resto de las personas del pub se volviesen para ver que era tan divertido
- y ¿qué usas?
Estaba claro que no iba a soltar su presa ahora que algo había llamado su atención.
- les hago fotos a los tíos coñazo que acabo de conocer y después me lo hago mirándola
De nuevo, el susurro en mi oído, esta vez incluso pude sentir el flequillo rozando mi mejilla
- me la estas poniendo dura. Esta vez porqué no varías y lo haces sin foto, con el coñazo de carne y hueso
No se podía ser más imbécil. Estaba a punto de mandarlo a la mierda, cuando una mano se posó sobre mi muslo avanzando hacía las braguitas que para mi sorpresa estaban húmedas, tanto tiempo, era normal que cualquier cosa me calentase.
Era la mano del adolescente que cada vez subía más; al no haber más preguntas los demás se habían ido ocupando con sus asuntos y ninguno parecía prestar atención a lo que pasaba por debajo de la mesa.
Cuando me introdujo un par de dedos en la vagina, mientras que con el pulgar comenzaba a masajear en el punto adecuado, sufrí tal sobresaltó que sin poder evitarlo mi mano apretó la pierna que encontró al lado.
Casi derramó su bebida, al sentirse agredido de repente, intenté disculparme, pero tan solo logré emitir un suspiro..
Pensé que se enfadaría pero para mi sorpresa, un gran bulto pugnaba por salir de los pantalones del borde, está vez si le vi sonreír y la sonrisa se amplió cuando al poner su mano sobre mi se encontró con la de su compañero.
No quería montar un numerito orgásmico allí delante de todos, así que intenté salir saltando por encima del sofá, el zapato quedó enganchado en alguna de las múltiples piernas que ocupaban el asiento, haciendo que perdiese el equilibrio y cayese arrastrando al curioso que con sus preguntas había iniciado todo.
Me levanté con las piernas temblando y en voz alta dije que iba al coche a buscar algo que se me había olvidado.
Cuando estaba abriendo la puerta una mano se introdujo debajo de mi vestido. Allí estaban los tres como lobos hambrientos ante un corderito.
El chulo me cogió de la mano y me llevó hasta una furgoneta aparcada allí cerca, no se pronunció ni una sola palabra durante ese corto trayecto, nada más cerrar las puertas traseras el más callado me tumbó, levantando el vestido y arrancando las diminutas bragas, enterró la cabeza entre mis muslos.
Otro de los otros dos ya no sabía cual ni me importaba me introdujo la polla enorme, larga y gruesa en la boca, mientras el otro chupaba y mordía mis pezones provocándome contracciones de placer.
Cuando yo estaba a punto de explotar de éxtasis, dejó de lamer mi vulva chorreante y me penetró tan profundamente que provocó que a mi vez me tragase entera la verga que tenía en mi boca, al ritmo de las embestidas iba lamiendo, chupando incluso mordiendo hasta que sin poder resistir más me tumbó sobre su compañero y me penetró por detrás, adaptando su ritmo al del otro, creí que me iban a romper cada uno empujando tan fuerte que mis pechos parecían salir disparados con cada nueva acometida.
Una mano me agarró del pelo violentamente, acercando mi cara a un nuevo pene desconocido, éste también muy bien dotado, con sus manos iba marcando la cadencia que él quería, fue engordando más y más en mi boca, durante unos instantes pensé que me ahogaría, un líquido viscoso comenzó a deslizarse por mi garganta, desbordando mis labios, fue como el disparo de salida, noté como los otros dos también se corrían dentro de mí empujando profundamente una última vez.
Mientras me quitaba de encima del borde, mi mirada se cruzó con los ojos verdes del que se había corrido en mi boca y supe que quería más.
Yo también quería más, me senté frente a él con las piernas abiertas para que tuviese una visión perfecta y comencé a masturbarme, se sentó muy cerca pero sin llegar a rozarme y comenzó él también a tocarse, los otros dos al vernos se excitaron de nuevo e hicieron lo propio con sus manubrios.
Estábamos los cuatro rozando el cielo, cuando sonaron unos golpes en la furgoneta, no podíamos parar en ese momento, las puertas se abrieron y me encontré cara a cara con el coloso, sus ojos azules se clavaron en mi coño húmedo aún manchado por semen de varios de sus amigos. Cerró las puertas tras él y arrastrándome por los pies me penetró tan salvajemente que hizo que clavase las uñas en la moqueta arrancando trozos de ésta, en unos segundos me vi de nuevo rodeada por enormes y erectas pollas que ahondaban en mi cuerpo una y otra vez.
Tatuajes, caras, torsos, brazos, pies, se mezclaban en mi mente, rodeándome, convirtiéndose en manchas borrosas, llevándome al paraíso del clímax una y otra vez.

Mi primer relato


Hoy voy a colgar el primer relato erótico (está bien, porno) que escribí. Con él inicié esta andadura que tantas satisfacciones me está y está dando.
Con cada relato que escribo me he ido dando cuenta de que para visualizar mejor lo que quiero decir elijo a alguien conocido y uso su físico o personalidad para describir a los protagonistas. Así que he pensado hacer un juego con "El paraiso", éste consiste en adivinar en quien estaba pensando cuando lo escribí.
Os daré una pista estaba en post locura obsesiva de la serie Generation Kill, creo que la mayoría resultaran fácil de identificar, pero a quien me diga a quien describo como el coloso de ojos azules tiene un premio.
Hagan sus apuestas...

Mahoma va a la montaña y donde haga falta


Hace unos días recibí la llamada de mi amiga. Me preguntaba que intención tenía para celebrar los san fermines.
La verdad es que no había pensado en ello, aún quedan varios meses. Así que me hizo prometer que iría a su casa.
Cuando colgué el teléfono, comencé a recordar los del año anterior.
Había ido a pasar unos días a su casa del pueblo. Los vecinos eran muy agradables, divertidos y algo alocados. Al día siguiente de mi llegada, preparaban una inauguración.
Creída de que sería un acto público me dirigí a vestirme apropiadamente. Pero la hija de mi amiga me dijo que la ropa más apropiada sería vaqueros y playeras. Como me lo dijo tan convencida, la hice caso.
Al salir al jardín todos los vecinos del barrio estaban preparados con una gran pancarta que decía:
“Inauguración de la retonda de Argatojo”.
Uno de los hombres, en el bolsillo trasero del buzo de trabajo llevaba un spray de pintura de graffitero. Pregunté para que era el spray y me dijeron que tenían que corregir unas cosillas.
Bajamos todos andando, el calor era muy intenso, así que los hombres y algunas mujeres tiraban de bota de vino. Para cuando llegamos a nuestro destino estaban chispa casi todos.
El del bote de pintura se acercó a la señal que indicaba el barrio. Habían escrito Argotojo, muy decidido puso una a y así quedo convertido en Argatojo.
- Señores dos vueltas para que quede inaugurada la retonda.
Así que todos los que habíamos acudido a la inauguración nos pusimos a dar vueltas a la “retonda” , después entre risas regresamos al barrio. Cuando llegábamos al jardín de mi amiga una voz masculina grito:
- ¿sabéis que día es hoy?
Todos miraban extrañados.
Encendió un cohete y dijo:
- Hay va el chupinazo del comienzo de los san fermines en Argotojo.
Nos entregó a todos una camiseta blanca y un pañuelo rojo. Nos ordenó ponernos en un camino y desapareció.
De pronto noté como todos los que estaban detrás de mí, me empujaban diciendo que corriese, el encierro había comenzado.
Cuando miré vi como seis vacas corrían hacia nosotros. No sabía que hacer, mi amiga que no estaba en el camino empezó a gritar:
- Que vienen por mí, llamarlas antes de que me pillen.
No podía correr porque estaba coja e intentaba con las muletas apartarse del camino de los animales que sin nadie que les dirigiese iban en la dirección que les daba la gana.
Cuando ya por fin el ganado estaba en su cuadra encendimos la barbacoa, la cual no se apagó hasta el término de la fiesta.
En mi vida vi comer y beber de aquella manera, no había medida. Era como si no tuvieran fondo. La fiesta duro los siete días de rigor. Me lo pasé muy bien. Hasta aprendí a bailar tangos.
Si eso fue el año pasado, que no harán éste. No tengo duda alguna que yo repito.
Me voy a ese barrio del pueblo de Cantabria, donde como mi amiga dice están en estado salvaje, la civilización no pasa la aduana.
Pero si alguien necesita ayuda, están todos a una como Fuenteovejuna, sobre todo para correr delante de las vacas.

miércoles, 21 de abril de 2010

Palabras


Estaba releyendo el relato que colgue ayer "Enamorados" y hay algo que no termina de gustarme. Pensaba quitar la entrada, pero al final he decidido dejarla en recuerdo al motivo de tan poca falta de inspiración.
Fue un relato escrito bajo los efectos de un resacón orgasmil de palabras, y es que para mí no hay mayor placer que las palabras adecuadas en el momento oportuno.
Los palos y las piedras pueden romperte la espalda pero las palabras, queridos míos, penetran en tu mente, haciendo que las neuronas sufran cortocircuitos que acaban con la teoría del espacio- tiempo. Colocan a tu lado personas desconocidas que susurran lo que más deseas oir en ese momento, tus manos se convierten en sus manos y te sientes llena del anónimo forastero.
Sus palabras hacen que caigas de rodillas, aturdida por el impacto que han provocado. Reconozco que mi tridente tembló y cayo al suelo, quedando abandonado durante varias horas.
Hoy lo recojo más dispuesta que nunca, a continuar con esta aventura en la que acompañada de Ayesha y Brujilla espero que algún día alguna de nuestras palabras se introduzcan en vuestros cerebros provocando una descarga de energia que os deje agotados física o psiquicamente, o ambas dos.
Qué el polvo de hada, los hechizos de bruja y el afilado tridente sigan juntos por mucho tiempo. Recordad lo que tan a menudo nos recuerda Ayesha en sus poemas, lo efimera que es la vida, así que sin más CARPE DIEM.

Enamorados



El interior de la casa era frío, olía a humedad, un único rayo de luz se abría paso a través de la persiana rota, permitiendo ver el polvo suspendido en el aire.
Tiraron las mochilas al suelo, contentos de haber encontrado aquél refugio. La temperatura había descendido de repente, estropeando lo que iba a ser una alegre acampada.
En vez de volver a casa, habían buscado algún lugar donde pasar la noche. Caminaron durante un par de horas y cuando estaban a punto de darse por vencidos vieron la casa de piedra.
Parecía abandonada, parte de ella se había derrumbado, pero aún conservaba la mitad derecha del tejado. Era perfecta para resguardarse del gélido viento que había empezado a soplar.
Parecían dos parejas muy agradables, de no haber sido por ella, tal vez los hubiese dejado en paz.
No era muy alta, su largo pelo castaño estaba recogido en una coleta que caía por uno de los laterales de la cazadora que la protegía del frío. Sus oscuros ojos pasearon la mirada por las gruesas paredes de la casa, incluso parecieron posarse sobre él durante unos segundos.
Era imposible, pero le pareció distinguir una leve sonrisa.
Los otros tres eran humanos comunes, ruidosos, sin nada que llamase la atención, sin embargo ella era tan frágil y fuerte a la vez.
Se atrevió a acercarse, llegando a rozar un mechón de su cabello, enseguida como si la hubiese atravesado una corriente eléctrica su espalda se enderezó. Miró a su alrededor, sin ver, pero sintiendo su presencia, intuyendo algo en las sombras.
Los otros la preguntaron si pasaba algo, pero ella no dijo nada, parecía tranquila, curiosa pero no asustada.
Pasaron la tarde hablando y tocando una guitarra de cuerdas desafinadas, ella parecía ausente, como si no le importase la realidad que la rodeaba, esperando que el ser se acercase de nuevo.
Antes de meterse en los sacos para dormir, ella soltó su cabello y comenzó a cepillarlo suavemente, una y otra vez.
Alargó de nuevo la invisible mano para acariciar tanta belleza.
Un escalofrío recorrió la espalda de ella, al sentir el tacto, sin dedos que lo produjesen, con los ojos muy abiertos se recostó.
Venciendo su habitual reserva la besó en los labios, sus bellos ojos se abrieron aún más. Se levantó yendo a la habitación contigua.
Allí en voz perfectamente clara, preguntó ¿Quién era?
La puerta se abrió de par en par, los otros tres se habían despertado, impidiendo que se comunicase con ella.
Algo siniestro se avecinaba, lo leyó en sus caras, intentó avisarla, pero sólo se escuchó el sonido del viento.
En la mano de uno de los hombres apareció algo brillante, ella dio un paso atrás, un fuerte y helador viento que arremetió contra los intrusos la permitió escapar.
Algo la arrastró hacia la zona más alta de la casa, la llevó hasta un escondrijo que sólo él conocía. Sabiéndola a salvo, dejó que una furia fría y ardiente se desencadenase en su interior. Atravesó las paredes buscando sus presas que se habían separado.
La mujer buscaba entre los árboles cercanos a la casa, la golpeó con las ramas, aterrorizándola. Comenzó a correr, tropezando, cayendo, volviendo a levantarse aún más asustada, hasta que cayó al precipicio con los ojos desorbitados por el horror. Ya estaba muerta antes de que su cuerpo se estrellase contra las afiladas rocas.
Arrastrado por el viento, regresó a la casa. Uno de los hombres comenzaba a subir las escaleras en el momento en el que llegaba. Su pie quedó atrapado al romperse la madera podrida, lo empujó lo suficiente para hacer que cayese hacia atrás. Agitando los brazos, quedó tirado con el cuello roto. Vivo, sin poder moverse, sólo sus ojos enloquecidos giraban de un lado a otro esperando el golpe de gracia. Deseándolo tal vez.
El golpe no llegó, lo dejó agonizar, espatarrado en las escaleras.
El ruido había alertado al compañero, el único que quedaba , no se paró ni un instante a mirar al caído. Sus ojos fríos miraron hacía arriba, decidido a terminar lo que se había iniciado.
Llegó hasta ella, que pálida pero aún hermosa salió de su escondite para enfrentarse cara a cara con la muerte.
El cuchillo volvió a relucir en la mano, las ráfagas de viento esta vez no consiguieron alejarlo, salvaje se abalanzó haciéndola un profundo corte en el brazo. Un chorro de sangre salpicó el rostro del agresor, convirtiéndolo en el monstruo que era, pareció excitarse con ello.
Continuo cortando, los gritos desgarraban la noche. Sin piedad continuo apuñalando, agachándose incluso para beber la sangre. Se atrevió a besar los labios ya casi inertes, la infamia final.
El ser reunió las fuerzas que le quedaban y descargando sobre él dos siglos de soledad, le hizo atravesar volando la sala. El pesado cuerpo chocó contra la pared, lo último que vio fue el cuchillo elevándose en el aire y clavarse en su corazón. Murió sin comprender lo que había sucedido.
Regresó junto a la dulce niña a la que le quedaban breves instantes de vida, a su alrededor todo era rojo, con cada gota de sangre caída ella perdía más vida.
Murió sin miedo, rodeada por la presencia de su enamorado fortuito.
El espíritu de ella se elevó radiante, aún más bella de lo que había sido en vida. Lo miró sonriendo, por fin podía verle, extendió sus blancos brazos, para abrazarle y permanecer juntos por toda la eternidad.
- Desde entonces rondan los amantes unidos por la casa de piedra- el chaval de la gorra roja, apagó la linterna.
Los amigos que le rodeaban se burlaron de él, no les daba ningún miedo la historia, era de amor no de terror.
Sobre sus cabezas dos entes les miraban, aplaudiendo divertidos la versión romántica de lo que había sucedido. Incluso pensaron en permitir que el chico de la gorra viviese, lo dejarían para el final, entonces decidirían.
El cielo empezaba a cubrirse de nubes negras, el termómetro marco varios grados menos en pocos minutos.
Iban a disfrutar mucho con aquellos muchachitos incautos, casi tanto como con sus tres amigos, que pena que después una caída tonta acabase con ella, al menos así pudo reunirse con aquél que se introducía en sus pensamientos y dictaba sus actos.

Vida


Era una cala desierta,
"Cala Ratyada"se llamaba,
de aguas límpidas y puras,
mis pies eran besados por sus cristalinas aguas.
Todo mi cuerpo sentía la caricia del sol,
mi mente navegaba a la par y el relax era total.
El mar y la tierra parecían haberse fusionado en armonía ,lucían plenos en común unión.
En un entorno como éste todo era liviano,llevadero,los problemas se disolvían como la sal en las olas y yo era feliz en lo efímero del momento.
Soñaba con poder ser mejor y con un mundo más justo.
Poco a poco fue cayendo la noche haciendo gala de un hermoso anochecer en el que los colores se iban confundiendo con el horizonte y el mar, como en un gran caleidoscopio de luz y color.
Pensé en la fugacidad de la vida,
nacemos libres y nuestros pasos se asemejan a las huellas que vamos dejando en la arena húmeda , que luego el mar borra,permaneciendo tan solo en el recuerdo de los seres que nos aman.

La grúa


Todo el mundo me critica porque soy un borrachazo.
Sí, es cierto que me gusta el chupete más de la cuenta. Siempre que salgo me tomo las cervezas como el que se toma agua para calmar la sed. Eso lo he hecho y lo seguiré haciendo hasta que el cuerpo aguante.
Lo que puedo decir muy alto y muy orgulloso es que por muy tajao que esté, nunca me han tenido que llevar a casa, cosa que últimamente me está tocando hacer a mí.
Mismamente ayer, estaba en mi bar favorito, para celebrar la jornada del día. Para mí todos los días son motivo de celebración. Tomando mis cervezas, casi del trago, llevaba ya unas nueve o diez. No estaba pedo pero si tenía mi puntillo.
En el mismo local estaba otro habitual, pero ese era de sobremesa, café, copa y puro.
Esa noche también debía estar de celebración, porque llevaba ya metidos en el cuerpo como diez sol y sombra, o lo que es igual, misma cantidad de anis y de coñac. Mezcla explosiva.
Cuando decidió irse a casa, le estuve mirando. Vi como se paraba delante de una casa, que no era la suya. Se apoyó en la pared mirando el suelo, parecía que estaba contando los adoquines.
Me acerco para ver si se encuentra bien, pregunta absurda, apenas se mantenía de pie. Me usa de bastón y le llevo a su casa.
Una distancia que se hace en cuatro minutos y medio, tardamos algo más de veinte. En la puerta de su portal, es incapaz de abrir, tampoco me deja, la espera se me hace eterna.
Casi se me había pasado la cogorza que tanto tiempo, esfuerzo y dinero me había costado conseguir. Tendré que empezar de nuevo.
Mirándolo por la parte positiva, más bebida para mi triporra.
Regreso al bar para seguir bebiendo. Recuperando el estado anterior al servicio de entrega a domicilio. Cuando entra otro colega con una melopea más gorda que la mía.
En su cuerpo no entraba ni una sola gota de whisky más. Como no vive lejos, decidí llevarle a su casa. Naturalmente andando, porque yo no tengo carnet de conducir, de haberlo tenido ya no tendría ni un solo punto.
Otro recorrido de siete minutos que hicimos en cuarenta. Otra borrachera que espante.
Cuando ya dejé a mi amigo en su casa, tirado en su cama, me paro a pensar qué sería mejor, volver al bar del que he salido en dos ocasiones con los “sobrios” o hacer dedo e irme a terminar de coger mi colodra a un lugar donde no conozca a nadie.
Vuelvo al bar pero con el firme convencimiento de que si se presenta otro borrachín no le acompañare a su casa.
Cuál es mi sorpresa cuando nada más entrar veo a otro de mi cuadrilla beodo. Se me jodió la fiesta, me lo llevo como un cervatillo recién nacido a que la duerma. Paso de seguir con el servicio nocturno de grúa, me voy a mi casa.
Lo que me ha quedado muy claro es que todos los que me llaman borracho, son unos alcohólicos camuflados.
No os preocupéis barmans del mundo, hoy pienso salir de celebración aunque lejos de las casas de los colegas.

martes, 20 de abril de 2010

NO SALGAS


No salgas.
Tu dulzura no coincide con el tamaño de tus dedos.
Ahí fuera eres cuerpo sobre todo.
Cicatrices que ellos tomarán por surcos donde clavar las azadas.
Que explicación darán tus rotos.

No salgas.
La habitación es la medida.
Que más para vivir.

Deberíamos quedarnos mirando las paredes,
como pájaros tranquilos.
Deberíamos aprender a vivír en habitaciones cerradas,sin puerta.
No existiría más mundo que el nuestro y sería grande.

No envidies la dicha de los demás aprende a estar solo.

¡No salgas!
Hay hombres en la ciudad.
Les germinan piedras en las manos.
Van tan cargados de piedras crecientes,
que no pueden coger nada más.

No quieras conocer el color de tu sangre.

A.LIDELL TEATRO "FRANKESTEIN"

APUNTES


"Feliz aquel,
cuyo desarrollo estaba
en el crisol de ser abandonado"

"Si te aflije la duda,
mira durante largo rato
el espejo de tu alma"

NAGUIB MAHFOUZ

EL TIEMPO


"Demos tiempo al tiempo,
para que el vaso rebose,
hay que llenarlo primero"


"El que espera desespera,
dice la voz popular.
¡Que verdad tan verdadera!
La verdad es lo que es
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés."

ANTONIO MACHADO

LÍNEAS VIVAS


"Todos somos un monumento a la originalidad.
Nadie es más afín a nosotros que nosotros mismos.
y debe la confianza erigirse como guía,
ó aún con las dudas y las dificultades,
debe ser Cicerone creador de nuestros sentimientos
y de los vivificantes anhelos.
Somos líneas vivientes que nos trazamos hacia la altura"


Paulo Coelho.

PEANA SUMERGIDA


"Cierto día,algo nos impulsa a dejar las experiencias del pasado;
Sumergimos los recuerdos en las aguas densas del olvido y abandonamos lo amado,para darnos la oportunidad de aprender a amar nuevamente.
El recuerdo se descompone como una peana de formas imposibles ,
que pierde sus elementos cuánto más se hunde en la memoria que se pierde"

Paulo Coelho

Lo que el teléfono reúne


El corazón vuela,
el alma recuerda
y encuentra a su alma gemela.

Es bonito poder atisbar en tan solo un segundo,
la felicidad,
dejar el presente atrás
y agarrar lo perdido.

Disfrutar,reír al recordar,
y compartír de nuevo al hablar.
-Estrella fugaz que pasa
y deja su estela de color-

Tu voz,
tu risa,
tu forma de hablar,
han unido lo que la vida separó
y aunque solo han sido palabras,
me han dado tanta fuerza,
que soy capaz de volar.

Sí, de volar a tí,
a ese lugar en el que las almas
se reúnen y cantan felices.

Lo etéreo de tu esencia,
en lo aéreo de la mía,
insufla deseos prohibidos,
solo permitidos,
en el lugar de lo incorpóreo.

Yo se que tú sabes,
tú sabes que yo se,
-seremos en el no ser-

La vida sigue su curso,
aquí estamos separados,
pero en el corazón no manda nadie.

-y los sueños seguirán uniéndonos,
como único escenario terrenal-

"Dónt forget me"

SER


Ser de encrucijadas,
en ésta vacilaste,
pudo más el corazón.

Ser de abismos,
en el extremo ondulaste,
pero volviste al centro.

Ser de temporales,
quisiste embestir peñones,
pero arriaste la vela.

Soy tu faro,
se mi ancla,
y en armonía naveguemos.

Nostalgia


Siento una gran nostalgia,
de tí,
de mí,
de mí en tí
-del Nilo en nos-

REFLEXIONES


En la intemporalidad de tu rostro,
puedo percibir tu nostalgia,
ese querer y no poder,
ese querer ser,
-esa espuma del mar rojo-

Todo se desvanece,
pero nada perece,
pues todo permanece,
en el ser tú,
en el ser yo,
en el ¡nosotros!

Ver


"Ver un mundo en un grano de arena
y un cielo en una flor silvestre,
sostener el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora"


Wiliam Blake.

No hay Amor


No hay amor,
no hay más que un relámpago
¡y hay que cogerlo!

Aunque todas las llamas del infierno
nos abrasen las manos...
y el alma.

Luego es tarde,
contra el amor está "el amor",
el otro,
ahí mismo.

Por el camino yo me entretengo...


Cartera, mochila, móvil, no me dejo nada, echo otro vistazo por si acaso. Camino rápido hasta la estación de tren, no quiero volver a llegar tarde al trabajo.
En el andén me entretengo mirando a las chicas, que aprovechando el buen tiempo dejan ver sus tatuajes más ocultos, alguna hasta me devuelve la mirada, me toco la cremallera del pantalón, está cerrada.
Aquí llega el tren, el vagón está casi vacío y me puedo sentar enfrente de una pareja que discute, en la siguiente parada el tío se baja y deja a la pobre chica desconsolada. ¡Qué animal! mira que dejar así a una chica tan bonita, que narices bonita, está tan buena que me comería hasta las uñas de los pies. Tiene los pies pequeños, como los de la Cenicienta, las sandalias dejan ver unos dedos perfectos, que tontería me ha dado, me tengo que tapar con la mochila.
Se le ha soltado una de las tiras, me agacho a colocársela y antes de darme cuenta me encuentro dando un masaje a sus delicados pies, voy dedo a dedo recreándome, presiono suavemente la planta y escucho un gemido. Me animo un poco más y comienzo a lamer y a chupar, paseo mi lengua por el pie, mientras una de mis manos sube por su pantorrilla. Me atrevo a mirar a la princesa, que me observa sonriente.
Joder, se me había olvidado que estaba en el tren. Al lado de ella está sentada una morena con unas tetas que se agitan por la visión que ofrezco. Mi lengua no para de jugar con el dedo gordo de la desconocida.
Me excita la visión de esos pechos casi al aire, chupo enérgico, la muñeca gime más fuerte.
Un golpe de periódico en la cabeza me devuelve a la realidad, una mujer de unos cincuenta años, me arrea varios capirotazos llamándome marrano y atrayendo la atención del resto de los pasajeros del vagón.
Continua con los golpes, menos mal que llego a mi parada. Me bajo entre los aplausos de unos estudiantes y los insultos de la señora. Antes de que se cierren las puertas, una pelirroja con ojos verdes de gata me mete en el bolsillo un papel y dice que la llame.
Con una erección imposible de disimular me quedo en el andén viendo como se va el tren, por las ventanillas, veo varias chicas que me saludan.
Me coloco la mochila y me encamino rápido hacia el andén donde tengo que hacer trasbordo, por las escaleras mecánicas pienso de nuevo en piernas blancas y suaves, tan distraído estoy que pego un brinco cuando una mano comienza a sobarme descaradamente el culo.
De reojo veo a la morena del vagón, sonríe con unos labios gruesos pintados de rojo, se me sube la sangre a la cabeza, durante unos segundos no sé que hacer. Ella sigue apretando y masajeando, su mano se mete entre mis muslos alcanzando mi trinquete que aún no había conseguido arriar. Ni veo el último escalón, me tropiezo arrastrando a la chica del vestido blanco casi transparente que va delante.
La mochila sale volando desparramando mis cosas y yo me quedo espatarrado con la nariz metida entre las nalgas de la rubia. La morena provocadora le dice algo al oído y ambas se ríen, me levanto tambaleándome por el calentón, recogiendo como puedo la mochila. Me duelen las pelotas. Llego al andén perseguido por las dos tías buenas, me siento, las rodillas apenas me sostienen.
La rubia se sienta encima de mí, levantando la tela del vestido, sus muslos se aprietan contra mi erección. Como no haga algo pronto me va a dar algo.
Veo la mano de la morena deslizarse bajo la tela del vestido, baja mi cremallera y deja salir la presión, la rubia se la endilga entera sin pensarlo dos veces.
Cuando voy a comenzar a impulsarme, veo a la mujer del periódico y me quedo paralizado, el andén está lleno y tengo que hacer ese recorrido todos los días, la mujer me mira con los ojos entrecerrados para ver que estoy haciendo con la chica que está sobre mí.
La morena tetona la saluda con la mano y la mujer aparta la vista.
La rubia ha comenzado a contraer los músculos de la vagina y me está estrangulando, me gustaría cogerla de las caderas y clavársela hasta las entrañas, pero permanezco quieto disfrutando de la asfixia a la que me están sometiendo.
Llega el tren y se levanta corriendo, dejándome empalmao y peor que antes, menos mal que tengo mi mochila para taparme, me coloco como puedo y subo como un muñeco desarticulado.
Me siento intentando tranquilizarme, respiro hondo. Joder la morena se ha sentado enfrente, miro detrás y delante, sólo hay unos cuantos chavales al fondo.
Esta no se me escapa, en un impulso me levanto y le meto mi dolorida amiga hasta la garganta, sus labios rojos recorren todo mi tronco dejando su huella allí por donde pasan, me lame los huevos. Estoy que exploto.
Hay que ver como chupa la tía, se me escapan algunos jadeos que hacen que los chavales miren a ver que pasa. Les saludo con la mano, a saber lo que piensan, me da igual, estoy apunto, agarro la cabeza de la chica y presiono contra su boca, no intenta retirarse y recibe de pleno todo mi potencial.
Me dejo caer en el asiento satisfecho por fin, al menos no llegaré al trabajo como un caballo en época de celo. ¿Qué está haciendo ahora? Ostias, ha cogido un rotulador, miro otra vez a todos los lados.
- ¿quieres ver lo que he escrito para ti? – tiene la voz como Linda Fiorentino
Queda todavía tiempo, por echar un vistazo no pierdo nada.
Abre bien los muslos para dejarme ver que hay algo escrito en su interior, parecen números, no los distingo bien. Me acerco, hasta mi nariz llega el olor de su lujuria, me olvido de a lo que iba y aparto la tela del tanga. Los labios están tan rojos como los de la cara, empiezo a lamer esa carne caliente que palpita con cada lengüetazo.
Sus manos aprietan mi cabeza, se frota contra mi cara, no doy abasto para chupar tanta excitación, por el megáfono se anuncia mi parada. Me tengo que dar prisa, lamo, chupo, sorbo, el tren está ya disminuyendo la velocidad.
Soy un fenómeno, siento sus uñas clavarse en mi espalda. Antes de que se abran las puertas ya estoy en posición, con la mochila bien colocada en mi espalda.
Me despido de la morenaza que continua reponiéndose en el asiento. La hostia puta, con las prisas se me ha olvidado anotar el número de teléfono. Me palpo el bolsillo del pantalón, acabo de recordar el papel que me dio la pelirroja.
Llego cinco minutos antes de mi hora al curro, feliz de haber conseguido mi propósito, en la radio de un coche suena la canción de Offspring All I want, desde luego que hoy tengo todo lo que quiero.

Otra petición


No sé si estoy más sorprendida por qué alguien lea lo que escribo, por qué le guste o por qué me haga peticiones.
En cualquier caso, yo encantada de la vida, no sé si animado por el viaje en globo que realmente no es muy habitual, un amigo me ha pedido que si podía escribir un relato que transcurriese en el tren de camino al trabajo y yo que soy tan difícil de convencer he tardado poco más de un día en complacer sus deseos.
No se puede ser tan buena, pero es que me lo paso tan bien que no puedo negarme a los caprichos lascivos de mis lectores, que al menos se que tengo varios.
Por cierto, no me he olvidado de tí, ex-compi de trabajo, tú ya sabes quien eres, todavía sigo dando vueltas al relato que te dedicaré, supongo que algo de pateras que sé que te encantan.
En cuanto al resto, si es que hay algun lector más, ya sabeis, si quereis que escriba un relato con vuestra fantasía secreta de protagonista sólo tenéis que decirlo. Vuestros deseos son ordenes para mí.
Os dejo con Por el camino yo me entretengo...

lunes, 19 de abril de 2010

El amor de mi vida


Él trabajaba en un hotel de cuatro estrellas,
ella fue allí de vacaciones,
no se enamoraron al instante,pero los dias fluyeron como el Nilo y se hicieron inseparables.
Día tras día iban descubriéndose,amándose sin mesura,explorando paraisos terrenales.
No hablaban la misma lengua pero el lenguaje del amor era suficiente,la medida de ese amor era amarse sin medida.
Solo querían estar juntos,ver anochecer o amanecer entre el vaivén de las aguas,visitar lugares de ensueño,compartir la misma mesa,la misma cama.
Eran dos en una misma carne,las lágrimas brotaban de sus ojos en la intimidad,era tal la grandeza de su amor.
Reían a cada instante,compartían todo lo bueno y lo malo con un sentimiento tal que los asustaba por su magnitud.
Cuando tenían que separarse era tal su desconsuelo que hasta enfermaban y contaban los segundos para volver a verse,mientras las facturas de teléfono subían de forma alarmante.
Cada vez que se veían se sentían completos,plenos y pensaban que nada en el mundo podría separarlos.
Hacían planes de boda,se comprometieron y regalaron sus alianzas de boda,recitaron la primera azora de la fatiha para sellar su unión. Hasta decidieron el número de hijos que tendrían y sus nombres.
El último encuentro fue el mas intenso,estuvieron en la playa,se juraron amor eterno bajo la noche estrellada y pusieron fecha a su boda acordando que esa sería la última vez que se separarían.
Ella voló de su lado pero con el corazón anhelante lleno de proyectos en común.
Al volver a su país todo cambió,
la familia de él se negó a su enlace y él desapareció momentáneamente preso del dolor.
Ella volvió a viajar,quedaron y él desesperado le contó que le habían obligado a un matrimonio concertado con una prima.
Volvieron a amarse por última vez .
Les podrán haber separado en esta vida pero no en la otra.
Todavía se aman,cuando hablan por teléfono es como si nada hubiese cambiado.
Eternamente sus espirítus estarán unidos por siempre.
El alma vuela libre y donde no pueden encontrarse los cuerpos,sí lo pueden hacer las almas.
Nadie podrá matar nunca ese amor.

Offspring



Ya estaba tardando en hacer un sitio en este blog para mis adorados Offspring, pero es que es de esos escasos grupos de los que me gustan todas sus canciones y claro me cuesta mucho elegir. Antes de empezar con rollos de los componentes y discografía vamos a ir calentando motores con una canción que supongo que a Ayesha, la delicada de corazón, le gustará. Como se nota que estoy releyendo La Odisea.



Su página oficial es www.offspring.com, ahí se puede encontrar su gira, videos,fotos, sus cosas vamos. Merece la pena sólo por ver el video de Stuff is messed up, así peinadito y trajeado Dexter parece hasta formalito. No lo voy a poner aquí, para que hagais algo, pedazo de gandules.



La banda que toca un tipo de música de pop punk, punk rock, skate punk, post grunge, rock alternativo y hardcore melódico, ahí queda eso, está formada por Dexter Holland, Noodles, Greg K, Pete Parada y Josh Freese, por sus filas han pasado diferentes baterías pero en la actualidad esta es la formación.

Kevin Wasserman, más conocido como Noodless, es el primer guitarra de Offspring, este personaje se merecería un post para si mismo, pero hoy sólo me pregunto ¿con qué leches se pega esas gafas indefinibles para que no se le caigan?



A ver que me pierdo con imagenes mentales de las gafas de Noodless y las trenzas de Dexter y ya no escribo lo que quería. Discografía:

Su primer album que ellos mismos pagaron de su bolsillo fue The offspring, hay que ver la vista que tienen las casas discográficas, todas las canciones son de una fuerza arrolladora,contiene títulos como Kill the president, Jennifer lost the war o Tehran.

El siguiente disco fue Ignition, una muestra de las canciones:



Como me gusta, si es que esta música excita los sentidos...
...veinte minutos más tarde, es broma, continuo. 1994, sale a la luz el album Smash, sin palabras ...



Será tonto el chaval, yo estoy én su lugar y no me tiro al público, me vuelvo a dispersar. Siguiente album considerado por muchos el mejor de su carrera Ixnay on the hombre donde nos explican como hacer un coctel molotov, si es que lo que no sepan hacer estos chicos.





Descansemos un poco, que yo creo que por hoy ya está bien, ah ¿qué no? Pues sigo, 1998 Americana



Que bien cuenta mi niño en español.

Año 2000 Conspiracy of one o una vuelta a los orígenes.



En el año 2003 sale a la luz Splinter



Ya estoy agotada, un esfuerzo más...2008 Rise and fall, Rage and Grace



Hay también discos recopilatorios pero estos son los principales, y lo más importante parece que para finales de agosto de este año tendremos más Offspring.

Se acabo lo que se daba, entradaza que me ha salido, pero si es que los niños no se merecen menos. Goodbye nenes, hasta la próxima.

domingo, 18 de abril de 2010

A vista de pájaro


El agua caliente corre deliciosa sobre mi piel. En el cuarto contiguo puedo oír a Esteban revolviendo en los armarios, los golpes de las puertas y de los cajones al cerrarse demuestran que aún sigue enfadado por tener que ir a la boda.
Disfruto un poco más de la agradable sensación, a mí tampoco me apetece ir. Seco cuidadosamente mi piel, aspirando el aroma a chocolate de las toallas, el olor me recuerda la crema corporal de vainilla. Me recreo con ella un buen rato, masajeando todo el cuerpo, mientras me miro en el espejo.
Cuando salgo, Esteban sigue intentando domar su cabello, en cuanto logra colocar un mechón otro se revuelve desobedeciendo a su dueño. Una enorme espalda se apoya en dos robustas piernas semejantes a columnas dóricas, definitivamente no me apetece salir.
Observa mi vaporoso vestido negro silbando la melodía de Nueve semanas y media, me doy la vuelta para mostrar mi descubierta espalda, pronto sus manos están haciendo círculos alrededor de mis pezones, tensos bajo el contacto. Mi mano se coloca entre mis muslos, la piel está suave y caliente, con mis dedos me provoco un agradable cosquilleo, presiono un poco más haciendo palpitar y humedeciendo allí donde toco. Comienzo a gemir bajito, suspiro, mientras Estaban recorre con su lengua la curva de mi cuello. Su miembro presiona contra mis nalgas, deseoso de atravesar la tela del vestido.
Los pitidos de un coche nos indican que no tenemos tiempo, salgo a la terraza para indicar que ya bajamos, al inclinarme para recoger mi bolso, Esteban levanta el vestido y aparta la tirita de tela del tanga, se mueve rápida y profundamente, gruñe como un animal salvaje, separa mis nalgas para penetrar aún más. El claxón le incita a ir más rápido, agarra mi cadera y empuja enfurecido por las prisas a las que se ve sometido, suelta una de sus manos de mi cintura e introduce varios dedos de golpe en mi húmeda cueva.
Una nueva llamada, le hace levantarme casi del suelo con los empellones que me propina, sus dedos en mi interior no se quedan atrás, suelta un juramento con los continuos pitidos. No tenemos más tiempo los vecinos van a llamar a la policía como no bajemos inmediatamente.
Con el pelo revuelto, la ropa a medio colocar y más calientes que un pollo en el horno salimos del portal. Iván y Sara están dentro del coche del que siguen saliendo ruidos, los cristales tintados no permiten ver lo que sucede en su interior pero los movimientos bamboleantes que sacuden los amortiguadores no dejan lugar a dudas.
- Hay que joderse y nosotros dándonos prisa, si lo llego a saber – Esteban está tan rabioso que da unos cuantos golpes en la ventanilla.
Iván la baja aún rojo por el esfuerzo, pero sonriente, Sara se coloca el wonderbra.
Por el camino vamos los cuatro de morros, ninguno queremos ir a la boda, Iván se queja porque tenía contratado un viaje en globo y lo ha tenido que anular, menos mal que es con un amigo y no ha perdido el dinero. Veo como Esteban se endereza en su asiento, una de sus mayores fantasías es hacerlo en un globo, cabalgar en el aire, como él dice.
No sé como lo hace, pero nos convence a todos para que vayamos a dar ese paseo, Iván llama a su amigo que le dice que si nos damos prisa le encontraremos todavía, aún le queda un rato para terminar de inflar el aparato.
Cuando llegamos, ya está metido en la cesta, se extraña un poco de vernos tan elegantes pero no dice nada, lo único que comenta es que las chicas vamos a pasar un poco de frío, pero Esteban le suelta que por eso no se preocupe que ya se encargarán de darnos calor.
Los tres se echan a reír a carcajadas, cosas de hombres, está listo si se piensa que va a pillar y con compañía encima. Sara y yo nos miramos encogiendo los hombros.
El globo comienza a elevarse, Esteban me rodea con sus brazos, frotando los míos, para que no tenga frío me dice.
Noto lo excitado que está, intento no moverme para no alentarlo a más, su mano se desliza bajo la escasa tela de mi ropa interior, no puedo evitar que sienta mi humedad. Le pido que pare, pero no me hace caso, le dejo hacer esperando que se canse por mi indiferencia.
Me relajo disfrutando del paisaje, veo pasar las nubes, los pájaros… se me escapa un suspiro, su mano trabaja incansable, me muevo un poco intentando alejarme, trato de retirar su mano, consiguiendo que se introduzcan aún más sus dedos, su grueso miembro se coloca entre mis nalgas. Me giro rápidamente para empujarlo, la escena que veo me deja boquiabierta, Sara a cuatro patas disfruta de las embestidas de Ivan que al sentirse observado y ver la mano de Esteban aún en mi interior se enciende aún más, haciendo que mi amiga grite de placer.
Aprovechando mi desconcierto Esteban inclina mi espalda accediendo a mi intimidad sin problemas por lo excitada que me he puesto, al ver la gorda vara de Iván rompiendo a Sara sin ningún recato. Mi cara va a estrellarse contra el capullo rojo del dueño del globo, sin pensarlo me lo meto entero hasta la garganta, las colisiones contra mi trasero se endurecen, me agarro a los glúteos pétreos del piloto.
Escucho los gritos y jadeos de Sara al correrse, Iván continua bombeando como si se hubiese quedado pegado a ella, sin poder sacar su miembro, su cara está contraída por el placer y el esfuerzo.
La cesta se inclina peligrosamente hacia la izquierda, nos movemos un poco, para quedar de nuevo rectos, caigo sobre la espalda de Sara, mientras que Esteban se estrella contra el cuerpo se Iván.
El comandante aprovecha para cambiar de boca, Sara lo acoge cariñosa, lamiendo su tronco de arriba abajo. Esteban se incorpora y ciego por el deseo se agarra al culo de mi amiga, que lanza un berrido cuando nota la larga y dura maravilla de mi novio, que mientras agarra mis grandes senos sobando y apretando. Iván no duda ni un instante, siento en la entrada de mis labios vaginales una gruesa y dura pértiga, que se frota contra mi abertura, fuera de mí le grito que me la meta, de un tremendo empujón que me deja sin aliento la siento vibrante, abro aún más las piernas y clavando las uñas en su culo le empujo aún más dentro. Sus músculos se contraen con cada nueva penetración, los golpes brutales hacen que me corra y que grite aún más que Sara que ahora está siendo penetrada también por el piloto.
Su moreno cuerpo suda entre los dos hombres que se impulsan brutalmente a su antojo, sus ojos se quedan en blanco con el feroz orgasmo que está sufriendo.
Su figura desnuda se queda tirada en el suelo de la cesta, sufriendo las últimas contracciones, los dos hombres sin cuerpo caliente en el que introducir sus todavía enhiestas trancas se giran hacia mí que aún disfruto del incansable miembro del amigo de mi novio.
Esteban me sienta sobre él, ensartándome sin dificultad, Iván continúa sin sacar su cada vez más voluminoso aparato, los huevos ya llenos del piloto quedan sobre mi boca, que codiciosa comienza a lamerlos.
Pronto un chorro blanco cae sobre mi pecho, Sara ya recuperada se apresura a limpiar, mi cuerpo se estremece entre tanto placer, con un rugido que asusta a los pájaros que revolotean por los alrededores alcanzo un clímax que me convulsiona hasta los dedos de los pies.
Iván y Esteban aumentan los ataques, tan coordinados que me hacen pensar que nos es ni mucho menos la primera vez que se lo montan juntos, pero un nuevo orgasmo me impide pensar más sobre ello. Dos fuentes de líquido caliente se derraman a mí alrededor.
El piloto nos informa de que el viaje está llegando a su fin, nos arreglamos como podemos. Antes de irnos nos dice que volvamos cuando queramos, que por ser nosotros nos hace un precio especial, me mira directamente a los ojos mientras se acaricia la cremallera del pantalón.
Cuando subimos al coche tengo varios mensajes en el móvil, son todos de mis padres, indignados porque no haya aparecido en la boda de mi primo, les contesto diciendo que no se preocupen que el regalo de bodas que les tengo preparado va a hacer que me perdonen.
¿Quién rechazaría un viaje en globo?

Metedura de pata


Por fin llega el fin de semana. Hoy viernes fiesta en la discoteca de enfrente. “Putamadre” ya no se entra en casa hasta el domingo.
Lo primero y más importante comprobación de cartera. No tengo ni cinco euros, hay que hacer visita al cajero.
Dejo la ropa preparada y me echo una siestorra, esto es lo que me gusta de España. Fiesta sin horario, siesta después de la comida. Tres horas de reconstituyente sueño.
Una ducha rápida, salgo como un tiro de casa. Noto los pies fríos. ¡Joder! No me he puesto los zapatos y se me han mojado los calcetines, la calle está llena de charcos de todo lo que ha llovido. Otra vez para dentro.
Ahora sí, todo en su sitio.
Como todavía no han abierto la disco, cojo el coche y me piro a empezar la fiesta yo solo. Primer pub abierto, adentro.
-Pibe, cuba de cacique.
En la barra hay un tío que no me quita el ojo de encima, será maricón. Como se acerque le doy una galleta que ni la va a ver venir.
Un poco de bailoteo. Como ya he acabado el cubata me piro a otro sitio.
En el cuarto garito veo otra vez al pavo de antes. Sigue sin quitarme el ojo de encima, se me está empezando a hinchar la vena yugular. Prefiero concentrarme en el bombón que tengo al lado.
Miro el reloj, la discoteca que da la fiesta ya estará abierta. Así que invito a la tía a venirse conmigo, es una pieza que no se puede dejar escapar. En la discoteca, en medio de la pista bailo con ella. No hay parte del cuerpo que no deje sin tocar, ¡menudas tetas!.
Hace mucho calor y tengo sed. A la barra.
- Tarzán, un cuba de cacique y un malibú con piña para la guapa.
En la barra otra vez el tipejo, como siempre mirándome, voy hacía él. Se me han hinchado los cojones.
- ¿Qué pasa con tanto mirarme? – no obtengo respuesta
- ¿Eres gilipollas, qué miras?
Pego mi cara casi a la suya.
- Te molo o ¿qué? – sigo sin conseguir una palabra.
Hago amago de irme, me giro rápidamente y le doy un cabezazo en toda la tocha.
- Ahora sigue mirando gilipollas
Una mano me agarra por detrás
- ¿Qué haces imbécil? ¿para qué le das?
Estoy sorprendido, me sujeta la tía que llevo tratando de ligarme toda la noche.
- Lleva mirándome mucho tiempo y cuando le pregunto no me contesta. Así aprenderá – le digo haciéndome el gallito
- No te mira a ti imbécil, me mira a mí. Es mi hermano. Y no te contesta porque es sordomudo, subnormal.
Me quedo sin pillar cacho, empalmao y con dolor de cabeza.