miércoles, 21 de abril de 2010
Vida
Era una cala desierta,
"Cala Ratyada"se llamaba,
de aguas límpidas y puras,
mis pies eran besados por sus cristalinas aguas.
Todo mi cuerpo sentía la caricia del sol,
mi mente navegaba a la par y el relax era total.
El mar y la tierra parecían haberse fusionado en armonía ,lucían plenos en común unión.
En un entorno como éste todo era liviano,llevadero,los problemas se disolvían como la sal en las olas y yo era feliz en lo efímero del momento.
Soñaba con poder ser mejor y con un mundo más justo.
Poco a poco fue cayendo la noche haciendo gala de un hermoso anochecer en el que los colores se iban confundiendo con el horizonte y el mar, como en un gran caleidoscopio de luz y color.
Pensé en la fugacidad de la vida,
nacemos libres y nuestros pasos se asemejan a las huellas que vamos dejando en la arena húmeda , que luego el mar borra,permaneciendo tan solo en el recuerdo de los seres que nos aman.
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Creo que tanto poema romántico está amansando a la fiera que llevo dentro. No, va a ser que no.
ResponderEliminarBuscas demasiado dentro de tu corazón, abre también los ojos para ver cuanto amor te rodea, no me sigas ignorando. Me siento dolido por no poder decirte cuan calor desprende todo mi ser tan solo con vislumbrarte en mis pensamientos o tan solo mirando la foto que tengo encima de mi mesilla de noche
ResponderEliminarMe maravilla poder leer esto y me gustaria mucho saber quien eres.
ResponderEliminarMe gustaría mucho poder complacerte pero no es momento ni lugar. Sólo te pido que continues escribiendo para poder seguir soñando.
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