domingo, 18 de abril de 2010
Metedura de pata
Por fin llega el fin de semana. Hoy viernes fiesta en la discoteca de enfrente. “Putamadre” ya no se entra en casa hasta el domingo.
Lo primero y más importante comprobación de cartera. No tengo ni cinco euros, hay que hacer visita al cajero.
Dejo la ropa preparada y me echo una siestorra, esto es lo que me gusta de España. Fiesta sin horario, siesta después de la comida. Tres horas de reconstituyente sueño.
Una ducha rápida, salgo como un tiro de casa. Noto los pies fríos. ¡Joder! No me he puesto los zapatos y se me han mojado los calcetines, la calle está llena de charcos de todo lo que ha llovido. Otra vez para dentro.
Ahora sí, todo en su sitio.
Como todavía no han abierto la disco, cojo el coche y me piro a empezar la fiesta yo solo. Primer pub abierto, adentro.
-Pibe, cuba de cacique.
En la barra hay un tío que no me quita el ojo de encima, será maricón. Como se acerque le doy una galleta que ni la va a ver venir.
Un poco de bailoteo. Como ya he acabado el cubata me piro a otro sitio.
En el cuarto garito veo otra vez al pavo de antes. Sigue sin quitarme el ojo de encima, se me está empezando a hinchar la vena yugular. Prefiero concentrarme en el bombón que tengo al lado.
Miro el reloj, la discoteca que da la fiesta ya estará abierta. Así que invito a la tía a venirse conmigo, es una pieza que no se puede dejar escapar. En la discoteca, en medio de la pista bailo con ella. No hay parte del cuerpo que no deje sin tocar, ¡menudas tetas!.
Hace mucho calor y tengo sed. A la barra.
- Tarzán, un cuba de cacique y un malibú con piña para la guapa.
En la barra otra vez el tipejo, como siempre mirándome, voy hacía él. Se me han hinchado los cojones.
- ¿Qué pasa con tanto mirarme? – no obtengo respuesta
- ¿Eres gilipollas, qué miras?
Pego mi cara casi a la suya.
- Te molo o ¿qué? – sigo sin conseguir una palabra.
Hago amago de irme, me giro rápidamente y le doy un cabezazo en toda la tocha.
- Ahora sigue mirando gilipollas
Una mano me agarra por detrás
- ¿Qué haces imbécil? ¿para qué le das?
Estoy sorprendido, me sujeta la tía que llevo tratando de ligarme toda la noche.
- Lleva mirándome mucho tiempo y cuando le pregunto no me contesta. Así aprenderá – le digo haciéndome el gallito
- No te mira a ti imbécil, me mira a mí. Es mi hermano. Y no te contesta porque es sordomudo, subnormal.
Me quedo sin pillar cacho, empalmao y con dolor de cabeza.
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menudo gilipollas, para sacar una foto de su cara cuando la chica le dice que es su hermano. Cuanto tonto suelto hay por el mundo, porque el relato suena a algo real. Me ha gustado mucho. Besos, continua escribiendo.
ResponderEliminarJolin que planchazo,
ResponderEliminarsi el tio es un burricalvo total
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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