martes, 13 de abril de 2010

TARDE LLUVIOSA


Era una tarde como otra cualquiera,
la vida seguia su curso,un día más ó un día menos según se mire,
preparada para volver a casa después de un día de rutinario trabajo,
se tropezó con él y todo cambió.
Le vió de lejos y sintió como temblaba ante su mirada,
no podía ser posible,ella debía volver a casa recoger a sus hijos,hacer la compra,preparar la cena,
no tenía derecho a soñar,no podía mirar a otro hombre,era esposa y madre ante todo,
no había cabida para las realizaciones personales ni para individualismos,su tiempo para ella terminó,nadie entendería jamás sus inquietudes,sus ganas de volar, todo lo que bullía en su interior,sus inquietudes,su riqueza interior, la cantidad de proyectos que albergaba,la necesidad de ser ella misma,de tener su espacio.
Todavia era joven,vulnerable, tenia una capacidad ilimitada de amar.
Y ¿quien era aquel desconocido que la hacia sentir tan poderosa y a la vez tan vulnerable?
No tenía respuestas y él sonreía desafiante en la lejanía.
-No por favor no te acerques,no tambalees mi mundo de "seguridad",no me prometas paraísos perdidos,no tengo derecho a ello-pensaba Zaida mientras lo miraba-.
El que creyó desconocido se fue acercando mientras Zaida inconscientemente iba retrocediendo mientras pensaba que aquello no era real,cuando estuvo mas cerca de ella le tendió su mano y la saludó ,era Jaime su compañero del colegio ahora era egiptólogo trabajaba dando clases en la universidad, gran amante del teatro estaba en un grupo y en un taller de literatura,la invitó a un café,estuvieron horas hablando de mil y un temas,la afinidad era absoluta,era un placer poder hablar de un buen libro,comentar un poema,un dramaturgo,de los ultimos descubrimientos de la egiptologia,en fin del lado intelectual y rico de la vida.
Durante un rato Zaida se olvido de comidas y labores domésticas de hijos y parejas insustanciales.Y se sintió feliz,realizada,comprendida y valorada.
Quedaron en volver a verse pero ella decidió que era muy peligroso y que no tenía derecho a volver a ser feliz,eligió mal la carta,fín de la partida.
Los hijos son el tesoro de nuestra vida,lo demás son otras historias que no merecen ser contadas
solo vividas a camara lenta,hasta que un buen día cuando pasas por atocha decides coger el siguiente tren que vaya lo más lejos posible y ya no vuelves la vista atrás.

1 comentario:

  1. Qué triste. Fuera derrotismo, victimismo y todos los ismos.Mujeres y hombres del mundo desenvainen la espada de la esperanza y luchen por la felicidad que se merecen.

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