Las cartas están sobre la mesa,
no quedan ases en la manga que jugar.
Ya no importa el resultado
puedes creer que has ganado,
pero la victoria es mía para bien o para mal,
victoria amarga que tragaré con miel.
Siempre fuimos caminos paralelos
Sin bifurcaciones que los uniesen,
Te di más de lo que pediste
Y recibí lo inimaginable
Te doy las gracias por ello
Y pagaré mi deuda contigo
antes o después
Una sola palabra y reconoceré mi error,
Pero no la habrá, ya no queda nada que decir
Salvo adiós.
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