martes, 7 de septiembre de 2010

La niña de las flores (La que Espera II)


El pelo rizado se alborotaba en su frente, mientras que la niña corría feliz detrás de las mariposas, de vez en cuando se agachaba a recoger alguna flor que llamaba su atención y la pegaba a su vestido convirtiéndolo en un prado multicolor, si se hubiese tumbado pasaría desapercibida para cualquier persona que pasase cerca, sólo podría distinguir un montículo de bellas flores.
A veces lo hacía para notar como las abejas se acercaban para extraer el néctar, porque sobre la niña, las flores nunca se marchitaban, pero ese día tenía prisa, su amiga La que espera iba a llegar y quería ir a recibirla con el más hermoso ramo de margaritas que su amiga nunca hubiese visto.
Las margaritas eran las flores preferidas de su amiga, la había hecho también una corona con ellas, como el día que se conocieron el verano pasado.
La había echado mucho de menos, cada día desde que se separaron tachaba un día en el calendario, y hoy por fin, había llegado el día señalado.
Se fue corriendo, saltando alegre hacia la casa de los abuelos de La que espera y se sentó frente a la puerta, con la sonrisa en los labios y sin dejar de moverse, por los nervios de reencontrarse con ella.
Tenía muchas cosas que contarla, presentarla a las nuevas haditas que habían nacido, tan pequeñas y brillantes como una perla, enseñarle la nueva casa de su amiguita la ardilla y cantar con ella las nuevas canciones.
Las otras niñas del pueblo no se relacionaban con ella porque creían que era muy rara, pero La niña de las flores no se ponía triste, porque ella tenía a las hadas y a los animalitos y no la importaba que los demás creyesen que hablaba sola, ella hablaba al viento y éste gemía en su oído historias de lugares lejanos que la fascinaban y la hacían soñar con desiertos encantados, con mares tempestuosos y con niñas como ella.
- ¿Cómo ella? ¿Qué es La niña de las flores? ¿es un hada? Mama, mama, cuéntamelo -
La madre miró a su hija de pelo oscuro, que se arrebujaba entre las sabanas apretando el cristal del que no se separaba desde que se lo regaló.
- mmmmm otro día te lo cuento, hoy toca la historia del reencuentro de La que espera con La niña de las flores
- no, mama, dímelo, porfa, porfa, porfa…
- bueno un adelanto solamente. La niña de las flores no es sólo una niña, es especial, pero no te voy a decir nada más.
La niña hizo pucheros intentando conseguir que su madre le confirmase su sospecha, pero cuando vio que no iba a conseguir nada, la pidió que siguiese con el relato.
Bueno... pues La niña de las flores estaba esperando que llegase La que espera, cuando de repente su amigo el viento la contó que había habido un accidente y que su amiga necesitaba su ayuda.
- no le va ha pasar nada malo a La que espera, verdad que no, mama?
- si me dejas seguir te lo cuento – dijo la madre sonriendo
La niña de las flores fue corriendo a hablar con el policía del pueblo, que estaba tomando café en el bar. Todo iba bien hasta que la preguntó como lo sabía, La niña de las flores nunca mentía, así que cuando dijo que su amigo el viento se lo había dicho, todos los hombres del bar se echaron a reir y la mandaron a jugar a otro sitio.
La niña de las flores no se rindió, fue a buscar a sus amigas las hadas, estas nunca salían de su jardín secreto pero la niña insistió tanto y además La que espera era su amiga también, así que decidieron ir en su ayuda.
Siguiendo las indicaciones del viento llegaron volando…
- espera mama, ¿Quién llegó volando? ¿la niña de las flores podía volar? Es por el polvo mágico de hadas, ¿a que sí?
- No, las hadas no necesitan polvo mágico para volar.
- Entonces es un hada también, La niña de las flores
- No, exactamente, a La niña de las flores la llevó el viento. Y si no te callas, no te sigo contando.
El coche se había caído en una acequia y se estaba inundando, La que espera y sus padres estaban inconscientes. Las hadas aunque tan pequeñas como un dedal son muy fuertes y con la ayuda del viento consiguieron ponerlos a salvo. En unos pocos minutos el coche quedó inundado por completo, a lo lejos se oía la sirena de la ambulancia y aunque un poco preocupados los salvadores se tuvieron que ir, dejando allí a su amiguita, que sólo parecía tener una brecha en la frente.
Al día siguiente, La niña de las flores, fue al hospital a ver a su amiga que ya se encontraba perfectamente, La que espera se puso muy contenta al verla y aún más cuando vio su nueva corona de margaritas, todo el año había tenido miedo de que La niña de las flores se hubiese olvidado de ella. La que espera sólo era una niña normal y su amiga era muy especial, pero cuando la abrazó y aspiró el aroma a azahar que siempre la acompañaba fue como si no hubiese pasado el tiempo. La niña de las flores no entendía porque su amiga lloraba, y cuando La que espera se lo contó se echó a reír.
- pero si tú eres especial, sólo tienes que creerlo y verás lo maravillosa que eres.
Todos los días hasta que la dieron el alta La niña de las flores iba al hospital a ver a su amiga, la enseñó canciones nuevas, la describió a las nuevas haditas y las ganas que estas tenían de conocerla.
La que Espera se tocó la cicatriz que la había quedado en la frente y pensó que creerían que era fea y se asustarían, pero cuando por fin llegó el día y fue con La niña de las flores al jardín secreto, todas las hadas la rodearon, volando a su alrededor, posándose sobre sus hombros.
Una hadita recién nacida, acarició la cicatriz, La que espera se quedó unos segundos sin respirar hasta que escuchó una vocecita:
- ¡que bonito es tu adorno! Parece una corona
La que espera ese día aprendió que no hay nada bonito o feo, todo depende del color con que se miré y bajo los ojos del amor y la amistad todo es bello.
- Y colorín colorado este cuento se ha acabado por hoy.
La madre le dio un beso en la mejilla a su hija antes de salir del cuarto, está miraba fijamente la cicatriz antigua que surcaba su frente, pero no dijo nada, solamente sonrío y cerró sus hermosos ojos oscuros, deseando que llegase la noche siguiente para saber más sobre las que ya consideraba que eran sus amigas.

3 comentarios:

  1. Que dulzura,
    sí todo depende del prisma que se coloque.

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  2. hola me ha encantado,ya me he puesto hacer un dibujo para esta parte,cuando lo acabe te lo paso,un beso.bea

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  3. Gracias guapa, estoy deseando verlo. Un beso

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