Sara desenvolvió su regalo,con cuidado,con ilusión,
era su primer regalo de reyes de verdad,apareció así sin más,
la mañana del seis de Enero,debajo del bonito árbol de Navidad,de su casa.
Lo envolvía un papel celofán rojo brillante, con un gran lazo dorado.
Cuando lo vió,primero se extrañó, luego sintió una emoción auténtica,
Cuando lo vió,primero se extrañó, luego sintió una emoción auténtica,
genuina.Volvió a ser la niña pequeña risueña y alegre,que el día de Reyes,
se levantaba muy temprano, descalza , sin bata y corría a abrir sus regalos,
antes incluso de ir al baño y sin esperar a que sus hermanos,abriesen los suyos.
Ahora era diferente,ya no creía en los reyes,vivía sola y había perdido la fe en sí misma,
Ahora era diferente,ya no creía en los reyes,vivía sola y había perdido la fe en sí misma,
desde su último desamor,se sentía vulgar y olvidada,una aplastante sensación,
de soledad y desencanto.
Acarició de nuevo el papel de regalo y se vió reflejada en él, todavía era bonita,
Acarició de nuevo el papel de regalo y se vió reflejada en él, todavía era bonita,
no había perdido el frecor de la juventud, aunque pronto cumpliría cuarenta años.
Con dedos temblorosos desató el lazo,quedándose parte de su purpurina,
Con dedos temblorosos desató el lazo,quedándose parte de su purpurina,
en las yemas de los dedos,provocándole un agradable cosquilleo.
Cuando quitó el primer celo del paquete,pudo ver un poco de su interior
y se sorprendió al ver un objeto de un color,que nunca había visto,
era una mezcla de todos los colores conocidos,pero más brillante.
Quitó el segundo celo y vió un marco plateado,que enmarcaba algo.
Cuando finalmente el envoltorio cayó, se vió así misma,sonriendo,en todo su esplendor.
Podía ver su aura,el color de su alma y era hermosa.
El regalo era ella misma, sin los feos tintes de sus complejos e inseguridades.
Se vió como realmente era y de golpe comprendió.La vida era demasiado corta para desperdiciarla y había sido demasiado dura consigo misma.
Se sintió renacida y decidió que no desayunaría sola.
Bajó a un bar cercano,donde César,el atractivo camarero,le sirvió gustoso un gran trozo de azucarado roscón.
Quitó el segundo celo y vió un marco plateado,que enmarcaba algo.
Cuando finalmente el envoltorio cayó, se vió así misma,sonriendo,en todo su esplendor.
Podía ver su aura,el color de su alma y era hermosa.
El regalo era ella misma, sin los feos tintes de sus complejos e inseguridades.
Se vió como realmente era y de golpe comprendió.La vida era demasiado corta para desperdiciarla y había sido demasiado dura consigo misma.
Se sintió renacida y decidió que no desayunaría sola.
Bajó a un bar cercano,donde César,el atractivo camarero,le sirvió gustoso un gran trozo de azucarado roscón.
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