miércoles, 21 de septiembre de 2011

PARQUE DE LA FUENTE DEL BERRO


En un parque de mi juventud,
contemplo hoy el pasado,
el entorno sigue siendo el mismo,
solo yo he cambiado.

Recuerdo esas tardes doradas de amor,
en las que compartía esperanza y sueños,
con aquellos príncipes tan mundanos,
donde un beso valía tanto.
-Promesas volátiles, perfumados años,
de ingenua adolescencia-

Eran tiempos de despreocupación,
cada día era una aventura,
y amor sinónimo de alegría,
de libertad y de viajes a cualquier lugar,
donde el goce era extremo,
viviendo al límite cada abrazo.

Días añorados y dulces,
que percibo aún tras cada arbusto.
La estatua de Bécquer me contempla,
entre el estanque y allí sigo soñando,
entre exuberantes flores.


Hoy todavía me pierdo entre sentimientos,
y naufrago luchando contra mis tormentas,
anhelando un amor imposible,
que convirtiese mi tempestad en calma,
haciéndome así, un poco mejor.

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