En espuma de mar ,
mujer, te convertiste,
disuelta en sal,
lloras a tu perdido amor.
Quisiste de verdad,
con fuerza e ilusión,
pero él nunca te amó,
tan solo, quizás, te deseó.
Pero deseo no es amor,
tú lo diste todo,
él no.
Amor no recíproco,
no llores,
él no te buscó.
Sirenita soñadora,
que por las noches te canta, chispeante,
entre burbujas de sal.
Ya es tarde para el puñal,
vuela alto y sonríe,
porque tus lágrimas el amor,
ha convertido en perlas blancas.
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