martes, 22 de noviembre de 2011

SUEÑO , CAFÉ ORIENTAL




Acudo de nuevo a “tu templo”,
y al mirarte entiendo,
que no necesito palabras,
con mirarte veo,
somos todo ojos y conocimiento.
-Un corazón que de nuevo despunta-

Mi cuerpo se pliega ante tus caricias,
se abre a tu calor,
y todo cobra sentido.
-Diamante que en sus mil caras, nuestro amor refleja-

Salimos juntos del local,
ya la niebla por fin se ha disipado,
la vida de la mañana, se despliega ante nosotros.
Nunca más volveremos a dudar.
-Clarividencia divina del ser en dualidad-

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