Ojos castaños, iridiscentes,
que morais en mi interior,
alumbrando mi mente.
Los veo aparecerse,
una y otra vez.
-Cálidos reflejos de un alma pura-
Ayer eras todo ojos,
no había nada más,
que un par de inmensos soles.
Tan grandes e inteligentes,
enmarcados entre negras pestañas,
enmarcaban un rostro libre.
Son como dos faros,
que me transportan a otro,en Alejandría,
y a su luz del conocimiento.
Espero que estés siempre ahí, conmigo,
alumbrando mi existencia,
haciéndo mi vida más sublime.
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