sábado, 30 de julio de 2011

PRÓXIMA ESTACIÓN ESPERANZA


Extendió su manta repleta de películas, eran las ocho de la mañana de un día festivo.
Para él no existía diferencia, todos los días debía trabajar, pero aquél día podría ser diferente.
Colocó cada una lo más artísticamente posible, formando un trébol.
El primer cliente no se hizo esperar, compró seis y además le dejó propina.
A las tres de la tarde había vendido la mitad, ese día comerían caliente y hasta un poco de carne.
A las cinco le requisaron la mercancía, además le pusieron una multa.
No había sido su día, mañana cambiaría de parada de metro.
Próxima estación,esperanza.

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