sábado, 31 de julio de 2010
DESAYUNO PICANTE
Queridos lectores del blog, cuando el calor aprieta,el corazón se acelera,el pulso se altera,sube la temperatura y el erotismo inunda el aire con esa ropa en ocasiones tan exigua,esos torsos marcados por finas camisetas de algodón,esos brazos que asoman tras los tirantes y esas piernas que mueven rítmicamente el lugar donde el final de la espalda pierde su nobleza ó la gana, según se mire.
Como los grados hacen subir todas las temperaturas corporales, las piscinas se llenan y allí ya se puede uno perder en todo tipo de cavilaciones...
Como hoy el calor no se me quita ni con agua fría os voy a contar una historia subidita de tono.
Trabajaban cerca de un sex shop y un buen día al pasar por allí vieron un cartel en la puerta que rezaba "desayunos picantes",empezaron a preguntarse que sería aquello y cuando les llegó el turno de descanso decidieron ir a comprobarlo.
Entraron tímidamente, mientras su vista se perdía en un montón de artículos eróticos,
bolas chinas,vibradores de todos los tamaños de los cuales destacaba uno gigante que parecía una antorcha olímpica,muñecas hinchables con grandes bocas succionadoras,películas con portadas muy explícitas,lubricantes,bragas comestibles,
látigos,esposas y demás objetos fabricados para el placer,tanto individual como colectivo.
Allí estaban cuatro amigas contemplándolo todo con curiosidad y timidez.
Julia la más lanzada, preguntó que donde estaba la cafetería y el de información le contestó que si había venido a tomarse un cortado,ese no era su lugar,allí era para tomar un desayuno diferente muy muy picante,comenzaron a reirse y Teresa dijo que por donde se subía para llegar,les indicó que cruzasen una puerta lacada y al hacerlo,pudieron ver una cafetería nada convencional,toda llena de luces de colores y mesas alrededor de una pasarela que desembocaba en una barra.
Se acomodaron cerca de la barra y enseguida apareció un mulato de la Capadocia,depilado,muy musculado solo con un tanga de leopardo y una pajarita y que portaba una gran bandeja,se acercó a ellas bailando por la pasarela y les preguntó que querían tomar,que había de beber leche caliente y para comer croasanes rellenos de queso con forma de nabo,también había un masaje con mantequilla y leche más caliente aún en el reservado,mis amigas comenzaron a reirse y dijeron que mejor el del croasán,mientras tanto otros dos morenazos vestidos de marineros solo con una gorra puesta, bailaban en la pasarela.
Cuando llegó el desayuno servido por otro mulato de enorme aparato,se les quitaron las ganas de comer solo croasanes cuando el camarero se los sacó del paquete,eso sí envueltos en plásticos que no eran sino condones de sabores.
Como sirvieron la leche mejor imaginarselo.
Huelga decir que lo pasaron tan bien que volvieron todos los viernes y además variaron el menú...
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¿y soy yo la pervertida? jajajaja ¿mulato de la Capadocia? Eso habrá que verlo, pero yo me quedo con el desayuno masajístico.
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