lunes, 26 de abril de 2010

Perdón, me he confundido


- joder, estas cosas tendrían que venir con instrucciones
- anda vete a dar una vuelta, mientras nosotros terminamos de montar la tienda
Prefiero hacer caso a los colegas, me estoy poniendo cardiaco con las estacas, las cuerdas y la tela de un rojo tan chillón que parece que estamos montando un circo.
Camino un rato por el camping hasta llegar al río, no veo a nadie por los alrededores. Hace mucho calor así que me desnudo y me dejo arrastrar por la corriente. El agua está tan fría que nada más entrar en contacto con mi polla, ésta se va de vacaciones a algún sitio más cálido.
Nado un poco para estirar los músculos, encogidos tras varias horas en el coche. Voy a tener que dejar de fumar, no aguantó ni cinco minutos a braza, así que paso a estilo perro. Llegó a la orilla, agotado, escupiendo todo el agua que me he tragado, dejándome caer en la hierba.
El sol me adormece, es un placer como se va fundiendo con el cuerpo.
Me parece oír unas pisadas, espero que no sea una familia con enanos porque estoy un poco alejado de mi ropa.
Asomo un poco la cabeza y veo un cuerpazo negro desnudo, que hace que me empalme en medio segundo.
Sólo distingo su espalda morena, brillante por el calor, que termina en un culo portentoso, con dos nalgas duras como pelotas de ping pong, imagino lo que será estar entre ellas, balanceándome con fuerza.
Estoy tan cachondo que comienzo a pajearme, con la atención puesta en dos enormes tetas, con los pezones grandes y tan duros que se podrían colgar varias perchas en ellos.
Los imagino en mi boca, entre mis dientes, con mi lengua deslizándose sobre ellos, pasando de uno a otro, estrujándolos. Mientras mi mano continúa cada vez más rápida su trabajo.
La observo mientras nada, moviendo sus infinitas piernas, puedo ver como el agua rodea su cuerpo, deseo ser agua para poder estrujar su perfecta figura, para introducirme hasta lo más profundo de su sexo.
Como si de un surtidor se tratase comienzo a echar leche, casi puedo ver como se la traga hasta que no deja ni una gota.
Dejo caer mi espalda sobre la hierba disfrutando unos segundos del momento, cuando vuelvo a mirar al agua, la diosa de ébano ya no está. Busco por todas partes pero no la encuentro. Disgustado recojo mi ropa y me voy a buscar a mis colegas.
Entro en una tienda roja y creo estar soñando, encuentro el culo de la negra en primer plano.
- perdón, me he confundido – la digo confuso y tartamudeando
La visión de ese culo al alcance de mi mano hace que mi polla se ponga tiesa de nuevo.
Me quedo mirando sin moverme, para mi sorpresa, ella se pone de rodillas ante mí y antes de darme cuenta estoy en su boca de labios gruesos y blandos
Continuo teniendo la visión de su trasero, no aguanto más. La rodeo y sin hacer caso a sus quejas se la voy introduciendo poco a poco, imposible esperar más, de un empujón se la hinco hasta los huevos. Me agarro a sus tetas que como esperaba están duras como piedras.
Las estrujo con glotonería haciendo que grite, mis caderas golpean con fuerza sus nalgas que relucen de sudor. Mi verga está aprisionada entre esos dos montes firmes, el agujero es un poco estrecho, haciendo que disfrute aún más de los topetazos a los que la someto.
Sus gemidos son cada vez más fuertes, introduzco una mano en su coño empapado, tan lubricado que sin ningún esfuerzo la penetro con varios dedos. Mis dedos entran y salen a un ritmo endiablado, haciéndola gritar, esta vez de gusto.
Estoy que reviento, se la clavo con tanta fuerza que la descarga de semen le va directa al intestino. Cuando la saco, veo resbalar mi leche blanca por esa piel negra y me vuelvo a excitar.
La tumbo de espaldas y me follo ese coño caliente, mientras ella me rodea con sus piernas, ayudando a que mis embestidas sean más profundas.
Me corro de nuevo, quedándome tan extenuado que apenas si puedo levantarme cuando oigo una voz del que ella me dice que es su novio.
Imaginarme a un negro de dos metros con una tranca como la de un caballo dándome por culo, hace que recupere las suficientes energías, como para salir arrastrándome.
Ya a salvo me doy cuenta de que el color de la tienda es amarillo, me estaré volviendo daltónico, por una vez doy gracias por sufrir una enfermedad.

4 comentarios:

  1. yo también quisiera confundirme,que suerte el tío.

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  2. que rico quiero con fundirme asi

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  3. ¿no entendiste o es que también te has confudido? Si aqui sólo hay que entender de una cosa o dos :)

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