miércoles, 4 de agosto de 2010

Sonidos de locura


Sólo quedaba una habitación por pintar pero los vapores de la pintura ya estaban empezando a marearme, aunque tenía todas las ventanas abiertas. Recogí la escalera y metí los rodillos y las brochas en agua, por hoy ya era suficiente, ni siquiera tenía ganas de limpiar las gotas que manchaban el suelo, parecían caras deformadas de antiguos demonios.
Descansaría un rato y después me pondría con la fregona o al día siguiente mejor, los brazos me dolían más que después de las sesiones con los aparatos del gimnasio.
Cerré la puerta de la habitación para que no se colase ningún olor y caí en la cama, crucificada. Lo que me pareció un ruido en el cristal me despertó, pero cuando miré no había nada, sería parte del sueño. Ya había anochecido, no pensaba dormir tanto, parece que estaba realmente cansada.
Me fui a la cocina a prepararme algo para comer, tenía tanta hambre que ni siquiera esperé a que se terminasen de cocer los macarrones…Otra vez ese ruido, qué raro, parece como si estuviesen arañando el cristal, será algún pájaro.
Me voy comiendo la pasta con los dedos de camino al cuarto, chupando el tomate que se va escurriendo, si me viesen mis padres ahora pensarían en todo el dinero que han desperdiciado en mi educación.
Anda mira, esta mancha tiene la forma de mi cara, pero como si estuviese poseida, conteniendo un grito de terror, ¡qué curiosa!, cuando termine de comer buscaré mi móvil para hacerle una foto.
Me siento en la cama como los indios y pongo la tele para ver que echan, nada interesante, como siempre…pero ¿qué cojones? que ruido más desagradable, me están empezando a chirriar los dientes, pero no se ve nada, aunque me ha parecido ver una sombra. Abro la ventana y me asomo, pero está muy oscuro, se ha vuelto a fundir la bombilla de la farola, mañana avisaré al presidente de la comunidad para que la cambie.
Llevo el plato a la cocina y justo suena el móvil, tengo que volver corriendo antes de que deje de sonar, tal vez sea la llamada que espero, ¡mierda! Con las prisas he debido tocar la pared, mi palma se ve claramente sobre la pintura todavía fresca, me va a tocar dar un repaso.
Es mi hermana, me cuenta lo que ha hecho a lo largo del día.
Extraño, las manos las tengo limpias, las habré apoyado cuando he ido medio dormida y la pintura se ha eliminado al lavármelas antes de ponerme a cocinar.
Me tumbo en la cama boca arriba con los ojos cerrados, murmurando de vez en cuando para hacer ver que la estoy escuchando, aunque no me estoy enterando de nada ¿qué me está contando ahora? Vecina muerta….ruidos…cristal…manchas…
Abro los ojos y miro de nuevo hacia la ventana de donde proviene el puto sonido, ahora la veo claramente, tiene el pelo revuelto, los mechones parecen serpientes rodeando su cabeza, la boca curvada en una sonrisa homicida mientras que con unas uñas como garras araña una y otra vez el vidrio. Es repugnante ver su vestido manchado de sangre coagulada, mezclada con restos de órganos humanos. El estomago se revuelve ante la visión y mi cena intenta salir de mi interior, aguantando las arcadas me acerco a la ventana, al ver mi cara de asco, la cosa suelta una carcajada sin sonido, me mira fijamente a los ojos y me hace una seña para que la deje entrar.
¡Qué locura!
- oye te llamo mañana, que ahora estoy teniendo una crisis
- vale, hasta mañana entonces
Respiro hondo y contengo el aliento, abro la ventana….
- Dios, es que no puedes ducharte antes de venir y haz el favor de no tocar las paredes, acabo de pintar.

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